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-Y aquí estamos, en tu nuevo hogar. Te gustará te lo aseguro...-

-Rick- dijo con advertencia su compañero, -Todavía está dormida.-

El escritor miró al portabebé y se encogió de hombros. No era sorprendente que Emily se hubiera quedado dormida en el camino a casa desde el hospital, pero eso no impidió que Rick le hablara de su nuevohogar.

-Ella lo está escuchando inconscientemente.- señaló. Kate puso los ojos en blanco.

Rick pasó por encima del portabebé para que pudiera hacer malabares con el equipaje mientras abría la puerta principal. La puerta apenas se había abierto tres pulgadas cuando se escucharon los pasos tronando a través del piso de madera dura.

El hombre se rió entre dientes. Nadie podría decir que su hija mayor no estaba entusiasmada con su hermanita.

-Y aquí viene la fiesta de bienvenida.- dijo, principalmente a Kate.

Entró y abrió la puerta de par en par, dejo la bolsa de Kate y extendió la mano para coger el portaequipajes otra vez, así que no tuvo que sostenerla y caminar al mismo tiempo. Ella dijo que estaba bien y que no le dolía caminar del auto al elevador, pero que quería ser demasiado cauteloso por las dudas.

Girando hacia la sala de estar, vio a Alexis esperando impacientemente a solo unos metros de distancia, su abuela parada detrás de ella con un firme agarre en sus hombros. Rick supuso que era así para que no corriera a la puerta, y lo agradeció mucho.

-Bueno, aquí están...-

El padre de Kate los había visitado más temprano ese día, antes de salir del hospital. Le habló efusivamente a su primer nieto y la sostuvo durante casi media hora, aparentemente examinando cada centímetro. Castle no podía culpar al anciano; él también estaba enamorado de Emily. También estaba contento de ver a Jim luciendo tan brillante y claro como nunca había visto y al hombre. Parecía estar bien después de la rehabilitación y Castle esperaba que continuara así, por el bien de todos.

-Tiene un lazo rosa en su cabeza.- Alexis observó.

Rick le contesto a su hija mayor-Eso fue tuyo, Alexis.-

-¿De Verdad?.-

Rick sacudió la cabeza antes de volverse y mirar a Kate. Hizo un gesto con la cabeza hacia el dormitorio principal que compartirían durante los primeros meses de la vida de Emily y dijo.

-Ve y báñate relájate un rato, Emily dormirá otro rato hasta la siguiente toma.-

-¿Estás seguro?- Kate le preguntó, vacilante. Él casi se rió. No había oído nada sobre ella hablando de lo mucho que lamentaba no haberse lavado el pelo el día antes del nacimiento en las últimas horas. Podría haberse duchado esa tarde en el hospital, pero una vez que se dieron cuenta de que estaban siendo dados de alta, no quería molestarse y deseaba ducharse en un ambiente hogareño; Rick no podía decir que la culpaba.

-Por supuesto, Kate. Ve, disfrútalo.-

Ella le dio una sonrisa de alivio antes de caminar lentamente hacia el dormitorio, con ambas manos apoyadas en su vientre aún redondeado levemente.

Una vez que ella desapareció, Castle se volvió hacia el dúo de pelirrojas para ver que su hija se había acercado un poco más al portabebés.

-¿Puedo abrazarla ahora?- preguntó.

Rick luchó desesperadamente contra el impulso de burlarse de la niña y prolongar un poco más su importante primer abrazo. De acuerdo con su madre, Alexis se había sentido furiosa de que tuviera que ir a la escuela ese día. Ella pensó que las hermanas mayores merecían un día libre.

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