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Kate maldijo a su padre, había estado hace menos de una semana parado en la cocina y le había prometido que iba a mejorar; prometió que a partir de ese momento las cosas cambiarían, pero una vez mas desde la muerte de su madre la había traicionado y decepcionado.

Esa misma noche, después de haber reunido las ultimas pertenencias de su madre que tenia la intención de donar a la cridad, Kate no se molesto en cenar. Sabia que era malo para su estado en el que se encontraba ella simplemente fue directamente a su habitación, se cubrió con las sabanas hasta su cara y comenzó a llorar amargamente.

Le dolía todo, pero en especial la perdida de su madre, incluso el bebe que se estaba formando en su interior y que en esos momentos se estaba moviendo no pudo calmar el dolor que sentía que le atravesaba el pecho. Tumbada sobre su cama, tomo la decisión no podía pasar esto una segunda vez, simplemente no se veía capaz de afrontarlo. Su madre se había ido, su padre era un alcohólico; no podía permitirse acercarse a nadie otra vez, simplemente porque no podía soportar el dolor que estaba sintiendo.

También pensó en la decisión que había tomado respecto al bebe, darse lo a Castle era la decisión correcta, Castle y Alexis amarían a la bebe mucho mas de lo que ella es capaz de hacer. Todavía podía estar allí al margen, enviándole tarjetas de cumpleaños y regalos de navidad, la visitaría y a medida que la niña fuera creciendo, podrían ir algún lugar almorzar de vez en cuando. Incluso pasar un fin de semana al mes juntas incluso ir de vacaciones juntas.

Pero tenia que mantenerse alejada de todos los que quería, incluyendo a su hija dado a que si volvía a pasar por lo mismo que estaba pasando por estos momentos podría destruir su corazón para siempre.

 ...

- Oh... Hola cariño.- Martha saludo a Kate con un abrazo antes de que se sentaran en la sala. Con su vientre sobresaliente, Kate tuvo que maniobrar un poco para deslizarse en el asiento del sofá, pero se las arreglo y cuando levanto la vista Martha le ofreció una sonrisa. 

- ¿Cómo te sientes?.- 

- umm bien.- Respondió igual con una sonrisa suave a diferencia de la de Martha.

- Te ves preciosa, sin embargo me asegurare de decirle a Richard que te ves genial y tienes un buen aspecto. Ha estado preocupado por ti ¿Sabes?.-

Kate evadió su mirada y solo respondió con un -Oh-

 - Dijo que no habías estado devolviéndole su llamadas.-

Eso era verdad, de hecho no había hablado con Rick desde el día que le dijeron que su bebe era niña, y eso fue casi un mes antes. Aunque tenia algunas razones para no devolverle las llamadas. Su dos clases de verano habían comenzado y eso la mantenía ocupada. Entre sus horas de trabajo y el trabajo que le dejaban en la escuela, realmente no tenia mucho tiempo libre. Eso más haber estado limpiando su apartamento y limpiando a su padre...

Sabía que era grosero no llamar a Castle, sobre todo después de que comenzó a llamarla todos los días y sonaba bastante preocupado en sus mensajes, pero ella simplemente no sabia que decirle. Nada había cambiado en lo que ella concernía; su bebe estaba bien y aun estaba "cosiéndose en el horno" como habían bromeado durante uno de sus mensajes. Ella todavía tenia la intención de darle el bebé después de que naciera, así que ¿Cuál fue el sentido de estar llamando la a cada rato? No necesitaban ser amigos, ellos no iban a formar una familia. 

Cuándo Martha se acercó a ella en el lugar donde trabajaba, Kate se sorprendió de verla. Al principio pensó que la inesperada visita de Martha había sido solo una coincidencia, al principio Martha había mantenido la conversación lo suficientemente clara, pero luego, comenzó a presionar la obtener mas información y continuamente le pedía a Kate que tomara un té o se fueran a almorzar, fue el momento en el que Kate se dio cuenta de que Martha solo había sido enviada por su hijo, con el propósito de obtener información acerca de como se encontraba ella y la bebé. Al final acepto la invitación de ir almorzar ya que Martha Rodgers, como su hijo, no era nada no si persistente. 

La Vida Que ConstruimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora