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- ¡Papáááá... Ven por aquí- Alexis gimio estando a varios metros metros de distancia de su Padre.

-¡ eres tan loco... Anda papá!-

- Ya estoy llegando calabaza...- troco unos últimos diez pasos Rick, para alcanzar a la pequeña Alexis justo antes de entrara a la librería. lógicamente, no tenia sentido que haya corrido pues que Alexis tenia pasos cortos a comparación con los de un adulto, pero tenia la ventaja de ser ágil y era muy rápido. su padre lo atribuyo a la energía de la juventud.

Por otra parte, a pesar de vivir en una ciudad de ritmo acelerado como Nueva York, Rick nunca sintió la necesidad de apresurarse para llegara a un lugar él ...

Cuanto mas rápido fueran, mas probabilidades tenias la posibilidad de no observar algo interesante de la cuidad, o apreciara el paisaje en el que te encontrabas rodeado, ¿y quien no quería hacer eso?...aparentemente su pequeña hija de cinco años.

- Ahora voy cariño, recuerda ¿de lo que hablamos antes?- Advirtió mientras la observaba jadeando hacia la puerta...

Por supuesto, su peso de cincuenta kilos apenas podía hacerlo avanzar, pero eso no lo debuto para seguir avanzando. Alexis dejo caer sus diminutas manitas en la manejilla de la puerta y las espolvoreó a lo largo del vestido de color berenjena.

Cuando ella miro, él vio que su pecho subía y bajaba un poco mas raído de lo normal debido a su batalla por abrir la puerta. -Solo un libro- Él le sonrió mientras le abría la puerta. 

- Así que será mejor que sea un buen libro para leer...-

Normalmente, a Rick no le gustaban las librerías grandes para comprara y menos si era de un negocio en cadena, como a la que estaban entrando. Si, mantuvieron los cheques de regalías a cada rato llegando a su buzón de correo y nunca los rechazaba, pero se sentía tan impersonales. las tiendas como estas ya no se trataban  solo de títulos en un estante; si no que además tenían juguetes, y juegos y cosas elegantes al final de los pasillos para atraer a los niños y adultos por igual.

Si se vería obligado a elegir, preferiría tiendas mas pequeñas e independientes, donde el propietario se conectaba personalmente con todos sus clientes y no solo con algunos. Disfrutaba mejor  de la atmosfera para navegar por los pasillos y recoger títulos que parecían interesantes, de los que tal vez no había escuchado hablar antes, que considerando que estaba en el negocio literario. Desafortunadamente, las tiendas como esas no solían tener una amplia gama de libros para niños, razón por la cual estaba en esa librería.

- Entonces,...¿Qué esta pensando, dulce gigante? ¿una historia divertida? ¿quizás otra sobre esa familia de osos?-

Alexis suspiro y arrastro su dedo índice por el estante de una pantalla de libros italianos. -No...preferiría una literatura mas seria-

El hombre lucho por no reírse. como Alexis se había vuelto tan seria y adulta cuando él mismo se comportaba a veces como un niño,... pero no podría decir que estaba decepcionado; de hecho le encanto. Le encantaba que pudiera tener conversaciones de temas interesante con alguien  que podrían tener 10 o mas años que ella.

Le encantada que hubiera dejado los libros par pequeños de tres años en adelante y se había trasladado a tal como lo describió: literatura seria. Por supuesto, dada a su edad, él todavía intento restringirla a los libros dirigidos aquellos libros de primaria, pero en vez en cuando lo sorprendía con algo completamente fuera de su edad.

- Esta bien, entonces tendrás que mirara al tú alrededor-

Ella lo miro con sus ojos azul cielo y sonrió. - ¡lo sabré cuando lo vea!-

La Vida Que ConstruimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora