CAPÍTULO 46

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Cuando era joven muchas veces me hice la misma pregunta una y otra vez, ¿qué somos?, en ese instante no tuve la respuesta correcta porque no la sabía con exactitud

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Cuando era joven muchas veces me hice la misma pregunta una y otra vez, ¿qué somos?, en ese instante no tuve la respuesta correcta porque no la sabía con exactitud. Pero hoy, si me dijeran eso, respondería que somos dos almas que se encontraron millones de años, el latido del amor, aquello que no se cuenta, se vive. Somos un instante que nos alegra la vida, la sonrisa que se lleva en la mirada, somos poesía escrita en el viento, esa melodía silenciosa que sólo nuestros corazones son capaces de escuchar, la caricia invisible de la felicidad, el beso que nadie entenderá, un suspiro que inquieta días y que calma la noche. Somos intensos como el sol, brillantes como la luna, somos la historia que hará eco en la eternidad.

Tal vez no fui tu primer beso, ni tu primer abrazo, ni tu primer "te quiero" y mucho menos tu primer "te amo", no fui la primera que te atrajo, ni la primera persona que causó sentimientos raros en ti, no fui tu primera vez, tu primer beso, sé perfectamente que no fui la primera en eso. Pero me gustaría ser la última persona de la que te enamores, la última a la que le digas un "te quiero" y un "te amo".

—Mamá, me puedes ayudar con mi corbata —comentó Luca mientras bajaba de las escaleras con su mano atorada en los tantos nudos que le hizo a su corbata.

—Yo me encargo... —comentó Roger a mis espaldas.

—Por cierto, mamá —dijo llamando mi atención—. ¿Pediste el pastel de cumpleaños que te dije que me gustó? 

Le regalé una sonrisa. 

—Por supuesto que sí, mi amor... ordené ese y otro más, para que no te quedes con el antojo —acaricié delicadamente su mejilla. 

—Gracias... —respondió contento y me abrazó. 

—Jovencito, vamos a que te acomode esa corbata... —mencionó Roger a mis espaldas. 

Vi cómo abandonaban la cocina y se iban a la sala, Roger tomó asiento en el sofá mientras deshacía con calma los nudos que le había hecho Luca, no sé de qué hablaban, sólo no podía dejar de ver la sonrisa que tenían ambos en la cara. Nunca pensé que estuviera viviendo esto, sentía que nunca llegaría ese día.

—Señora... —comentó la señora que me ayuda con el aseo de la casa.

Me sobresalté, no sé cuánto tiempo llevaba viéndolos, pero daría lo que fuera por verlos así de juntos siempre.

—¿Qué sucede, Odette? —cuestioné mirándola.

—La mesa ya está servida, todo está listo para cuando lleguen sus invitados... —cuestionó con una sonrisa.

—Gracias, supongo que no deben tardar en llegar —dije mirando mi reloj de pulso.

—Si gustas puedes ir a cambiarte, para que estés lista para la cena... —me expresé con una sonrisa en el rostro.

Odette es una señora que contratamos Roger y yo para que nos ayudara con la casa, varios años de su vida se ha dedicado a la vida doméstica y tiene experiencia en ello, así que se nos hizo una buena candidata para este puesto. Después de que Luca salió de la operación pasó una semana en el hospital, y desafortunadamente todavía no me lo podía traer a casa, ya que los trámites para su adopción no fueron nada fáciles, me querían dar a Luca dentro de 1 año y yo no iba a permitir eso. Por suerte, un amigo de Roger que es abogado aceleró el trámite.

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora