CAPÍTULO 32

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Mi viejo es un hombre duro, pero sé que muy en el fondo posee un alma tan dulce como la mermelada roja, aunque no me lo demuestre tan seguido

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Mi viejo es un hombre duro, pero sé que muy en el fondo posee un alma tan dulce como la mermelada roja, aunque no me lo demuestre tan seguido. Él conoce cada centímetro de mi alma, y no le importa que tenga una vida alocada por su culpa, de hecho, dice que es una de las cosas que más le atraen de mí.

Cada encuentro que solemos tener, llevo su vestido favorito. Debo de admitir que contigo todo fue diferente, siempre me han agradado las personas que comienzan mirándote a los ojos y terminan desnudándome el corazón y el alma. Tengo la pequeña esperanza de que algún día te des cuenta de cómo detienes mi mundo cuando me observas; en repentinas ocasiones me aterra, me debilita, mata el saber que lo bonito no son tus ojos, sino la manera en que me miras. Ojalá y algún día tenga la oportunidad de explicarte a besos porque me tiembla el alma cuando tú me miras.

Tal vez la forma en que estoy viviendo me esté consumiendo lentamente en mi interior, pero es que tú no tienes idea de lo que me gusta iluminar tu rostro con una sonrisa. Intenté mudarme de lugar, pero eso fue inútil, se supone que había abandonado Londres para analizar todo con claridad, pero me di cuenta que eso es solo un estado mental, porque resulta que donde quiera que yo vaya, te llevo a ti conmigo.

Esa misma madrugada en la cual no había duda de todo lo que había estado sintiendo y guardando este tiempo, al fin pude liberar mis miedos internos que día tras día me tocaba luchar con ellos y hacerme de la vista gorda, pero hoy todo había quedado claro, ya no era una suposición, ya era un hecho que me enamoré de la persona que no debía.

Se vale estar triste a veces, a estar rota de vez en cuando. Se vale no siempre ser la persona alegre que todos quieren y conocen, se vale no querer hablar con nadie. Se vale dejar que el corazón llore hasta secarse, porque se vale ser humano. La soledad suele ser un reencuentro con uno mismo, no debe ser motivo de tristeza, es un momento de reflexión por el cual las personas experimentamos. Mis brillantes ojos se encontraban opacos, porque me hacía falta verlo para que estos se volvieran a encender.

Esa madrugada me encontraba contemplando ese lienzo infinitamente grande y oscurecido, reflexionando sobre los hechos ocurridos, pero mi momento de reflexión fue interrumpido cuando mis ojos captaron uno de los fenómenos naturales más bonitos, efectivamente, vi como ante mis ojos estaba pasando una estrella fugaz. Cerré fuertemente los ojos y deseé que me abrazaras o tan sólo dijeras que eres mío, porque esto me está matando lentamente. Sueña un poco conmigo, hay cosas que quiero decirte, pero creo simplemente te dejaré ir.

El amanecer se había hecho presente, mis amigos y yo estábamos haciendo nuevamente nuestras maletas, lamentablemente los días de diversión habían terminado, era hora de decirnos hasta pronto por una larga temporada. Me encontraba en mi habitación empacando mis pertenecías, hasta que un sonido familiar proveniente de mi celular me distrajo de mis actividades, me fijé en la pantalla antes de responder la llamada.

—Es él, ¿cierto? —preguntó Lizeth. Haciendo que me sobresaltara.

Inmediatamente levanté la mirada e hice contacto visual con ella, tenía ganas de poder escuchar su voz nuevamente, saber de él.

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora