CAPÍTULO 7

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—Bueno, recuerda que todos tus sueños pueden hacerse realidad siempre y cuando tengas el coraje de perseguirlos —exclamó e hizo una pequeña pausa —

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—Bueno, recuerda que todos tus sueños pueden hacerse realidad siempre y cuando tengas el coraje de perseguirlos —exclamó e hizo una pequeña pausa —. Siempre ten en cuenta que, todas las personas que han logrado grandes cosas han sido grandes soñadores. Y no tengo la menor duda de que llegarás a cumplir tu sueño —terminó añadiendo. Para posteriormente, regalarme una sonrisa, esa sonrisa que el señor Taylor sabía modelar para mí.

—Agradezco sus palabras de aliento y apoyo. Y también le agradezco que crea en mí —finalicé mi frase brindándole una sonrisa como gesto de agradecimiento.

—Sabes, ahora que tocamos el tema de la medicina —hizo una pausa —. Me recuerda a mí cuando era un joven universitario, yo también estaba estudiando medicina, especialmente en odontología —expresó el oji azul.

Es en serio, el señor Taylor también iba para medicina, no bueno, es que este hombre es toda una cajita de sorpresas. Por un momento pasó por mente a un señor Taylor con una bata de doctor y la imagen mental de él vestido así, no se veía nada mal.

Nuestra conversación se vio interrumpida por el mesero que traía nuestras órdenes.

—Buen provecho —se retiró el mesero.

—Gracias —dijimos al unísono Roger y yo.

—Bueno, provecho señorita —dijo el señor Taylor.

—Gracias e igualmente señor Taylor —respondí.

Comenzamos a probar nuestros alimentos, la verdad es que la cena estaba exquisita, me encantó el sazón que tenía. Por un momento no pude dejar de ver cómo el señor Taylor movía sus labios al momento de masticar su cena. Mis pensamientos se fueron demasiado lejos cuando imaginé una escena en donde aquellos finos labios color rojo estaban poseyendo los míos, no pude evitar morderme el labio inferior. Creo que fue algo obvio, ya que el señor Taylor pasó la servilleta color blanco retirando algún exceso de comida y puso su mirada sobre mí.

—¿Está todo en orden? —preguntó.

Claro que no, como quiere que todo esté en orden, si usted en las perfección misma en persona y lo tengo sentado delante de mí probando una exquisita cena con esos labios que cada vez que los veo me entran unas tremendas ganas de probarlos, y por si fuera poco nos encontramos cenando en un restaurante sin luz, pero en la mesa en que estamos sentados está alumbrada por unas velas que hacen ver esta cena como una cena romántica, dije en mis pensamientos.

—Sí, todo en orden —respondí tímidamente.

Continuamos cenando en silencio, cuando de repente dije.

—¿Se imagina si hubiera continuado sus estudios?, ahora sería un reconocido y recomendado dentista.

El señor Taylor sonrió nuevamente ante mi comentario. 

Al parecer ya podía soportar su mirada tan intensa que poseía, pues, por un momento olvidé eso y sólo éramos dos sujetos charlando amistosamente.

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora