CAPITULO 33

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Compartí mi cuerpo y mi mente contigo, pero todo eso se terminó ahora

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Compartí mi cuerpo y mi mente contigo, pero todo eso se terminó ahora. Hice lo que tenía que hacer, porque ahora sé que estás muy lejos de mí. Compartí mi cuerpo y mi vida contigo, eso está más que terminado, ahora no hay nada más que pueda hacer.

Mi chico vive en tonos azules, posee esos ojos azules que me han penetrado en lo más profundo de mi ser. Sus ojos te invitan a acercarte y es en ese momento en el que aparecen esos nudos en tu garganta. Suele ser una persona inestable a la cual cuando se sentía sólo o necesitaba de compañía me llamaba a mí y no a ella, pero no puedo arreglarlo y tampoco puedo hacerlo mejor, yo no puedo hacer nada respecto a su extraño clima, a la extraña forma en que dice que me "quiere".

Sé que es un hombre irreparable, porque jamás podré atravesar su mundo, porque vive en colores fríos y su corazón es irrompible. No puedo explicarlo, pero quiero intentarlo. Hay una imagen de ti y de mí que se va a bailar desde la oscuridad de la noche, hasta el siguiente día. 

Me enamoré de quién no imaginaba, de quien no esperaba y de quien no estaba buscando. Desde ese momento y desde ese día aprendí que el amor no se elige. Es él quien nos elige a nosotros. Todavía recuerdo cuando tus ojos dijeron amor a gritos, y tú simplemente decidiste ignorar y callarte. 

Domingo por la mañana y mi estado de ánimo no era de lo mejor, sólo unas horas había transcurrido y no he tenido la fuerza necesaria para salir de la cama, estoy dañada, estoy rota. Todo esto me duele en el alma, pero espero que cuando no tengas a nadie, te des cuenta que yo en ese momento hubiera estado contigo. 

Mis vagos pensamientos no me permitía escuchar con claridad lo que sucedía a mi alrededor de no ser por los ladridos del señor Ponposo, no hubiera vuelto en si. Escuché como tocaban la puerta, no quería abrirla y llevarme con una desagradable sorpresa, pero sí están tocando es porque de seguro el portero dijo que sí estaba.

No tengo ánimos de ver a nadie, quiero que me dejen sola, estar llorando hasta que me cansé, hasta que me quedé sin lágrimas. Me levanté perezosamente de la cama y abrí la puerta para encontrarme con Lola.

—¡Holaaa! —saludó alegremente.

—Hola —murmuré con mi voz ronca.

—¿Por qué traes lentes de sol? —cuestionó, mientras la dejaba entrar.

—Me acabo de despertar y...

—Ya casi es medio día, y tú todavía en la cama —dijo.

—Lola, yo...

—Nada de estar en la cama, hay que disfrutar de nuestro último día libre, vamos a salir —sugirió felizmente.

—Lola, no tengo ánimos de salir —comenté fríamente.

—¿Qué sucede? ¿Por qué estás así? —preguntó preocupada. Aquí va su interrogatorio.

—No me siento bien y no quiero darte más explicaciones —respondí abrumada.

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora