CAPÍTULO 16

657 55 98
                                    

Los ligeros rayos del sol se encontraban pasándose sobre mi rostro, haciéndome despertar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los ligeros rayos del sol se encontraban pasándose sobre mi rostro, haciéndome despertar. Recordé que el día de hoy íbamos a ir al club Lola y yo. Giré para ver como dormía plácidamente, parecía una niña. Mientras ella se despertaba, decidí tomar un refrescante baño para despejar mi mente.

Durante la ducha, todavía podía sentir aquellas caricias tan únicas que el señor Taylor me había brindado, ese hombre sí que sabe tocar a una mujer. Poseía un poder único sobre mí, tanto, que solamente le bastaba con verme y tenerme rendida ante él.

Al salir de aquella relajante ducha, comencé a ponerme mi ropa deportiva para jugar tenis. Consistía en una mini falda tabloneada de color blanco, acompañado de un top blanco, dejando ver mi perfecto ombligo y mi cintura. Opté por acompañarlo con una gorra blanca por el sol y unos tenis blancos, todo a juego.

Decidí maquillarme naturalmente, un poco de corrector en las ojeras, máscara de pestañas, polvo y un brillo labial. Justo cuando estaba terminando de arreglarme se despertó Lola. Se metió a duchar rápidamente pues se percató de la hora y ya era algo tarde. Salimos como rayo de la casa, no dio tiempo de que probaramos alimento.

Habíamos llegado a ese dichoso y reconocido club deportivo, debía de admitir que era un poco más grande que el de México, caminamos hacia la recepción para hacer el trámite correspondiente como miembro del club. Mientras estaba esperando a que me entregaran mi membresía, decidí ir hacer tiempo observando y analizando un poco más el club. Lola se había ido a apartar la cancha de tenis.

Salí por la puerta de la recepción que conecta con las áreas verdes del club y se podía divisar a lo lejos a las personas practicando diferentes deportes. Estuve un buen rato observando aquel lugar, hasta que mis ojos se posaron en ese dios griego que me hace calentar más que el sol en verano. Se encontraba sentado en una de las mesas para tomar el desayuno ¿Acaso ese era el señor Taylor? ¡Demonios! Era una perfecta obra de arte que tendría que ser exhibida en los mejores museos del mundo.

Era la primera vez que lo veía vestir y calzar de esa manera, siempre lo veía con su perfecto y ajustado traje. Pero esta ocasión era la excepción. Traía puesta una camisa manga corta color azul rey, decorada con algunas figuras amarillas haciendo contraste con el color de la camisa,unos jeans de mezclilla que hacían ver perfecto aquel outfit. Para complementar su atuendo, calzaba un par de tenis color blanco, y por si fuera poco, la cereza del pastel eran aquellas gafas de sol color negro. ¡Madre mía Willy! Roger se podría poner una bolsa de basura y aún así se vería bien. Se encontraba de perfil en esos momentos, no podía dejar de observar.

Pude divisar que no se encontraba solo, estaba en compañía del señor Deacon, un hombre de rizos definidos y un caballero que desde dónde yo me encontraba como espectadora, podías notar su ponente presencia, ese hombre era una vil diva, sólo bastaba analizar su gusto tan extravagante y único para vestirse. Poseía un gusto extravagante por la moda.

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora