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Señor Taylor, mi fantasía sexual es que me haga algo que después no sepa ni cómo contarlo. Las malas lenguas hablan, pero la suya, me deja las piernas temblando. Jamás había conocido a un hombre capaz de hacerme despertar toda esa lujuria en mí, hasta que lo conocí, señor Taylor.
Los rayos del sol se posaron sobre mi rostro y parte de mi desnudo cuerpo haciendo que me despertara. Con mi mano derecha comencé a buscar rastros de Roger pero nuevamente me encontraba sola. Mientras buscaba rastros de Roger con mi mano en la cama, sentí una pequeña tarjeta de papel, la tomé entre mis manos y me dispuse a leerla.
"Ma chère...
No sabes cuanto anhelo sentir tu cuerpo confundido con el mío, verte desvanecer, desvanecer y desvanecer ante mis besos.
Mr. Taylor. "
Por qué este hombre tenía un no sé qué, que despertaba en mí un manojo de emociones, una sonrisa coqueta se formó en mis labios, ya quiero volver a verlo, señor Taylor.
Mi emoción fue interrumpida por la vibración de mi celular, inmediatamente se me vino a la mente Lola, ayer la dejé botada en la fiesta y me fui sin decirle nada. Tomé mi celular preparándome mentalmente para mi excusa que iba a darle.
—¿Dónde demonios te metiste anoche? Me dejaste demasiado preocupada, te estuve buscando como histérica por toda la fiesta. Te estuve marcando por horas y no había señal de ti. —dijo seriamente preocupada y molesta en su tono de voz. Y la comprendía a la perfección.
—Lo siento, no debí irme así de la fiesta. Mi primo tuvo un percance y fui a ayudarlo. Sé que hice mal en no avisarte pero se me fue la noción del tiempo —comenté apenadamente, en serio que se me caía la cara de vergüenza con ella.
—Estaba muy asustada y preocupada —dijo desesperada—. Creí que te había sucedido algo malo, eres casi nueva y no sabes muy bien el manejo de las calles de Londres —hizo una pausa—. Por favor, no lo vuelvas a hacer.
—Te lo prometo. Gracias por haberte preocupado por mí, pero sé que fue irresponsable de mi parte no avisarte. Lo lamento —exclamé con pena. Cada vez me sentía la persona más miserable, ella preocupándose por mí y yo follando con su padre.
—Está bien, pero no lo vuelvas a hacer —respondió más tranquila —. Voy a tu departamento para irnos al club —exclamó. ¡Demonios! Como le iba a hacer para llegar rápido a mi departamento si el penthouse está hasta el otro lado de la ciudad. Piensa ____, piensa.
—No te preocupes, nos vemos allá. No estoy en mi departamento, estoy en el de mi primo.
—Pues ya que, no te tardes.
—No, adiós.
Inmediatamente me vestí con lo que había traído y ordené un poco la habitación, de todos modos Roger me había comentado que había personal de intendencia. Salí disparada del penthouse hacia mi departamento.
