CAPÍTULO 10

753 48 142
                                    

Ahí nos encontrábamos nuevamente el señor Taylor y yo, cara a cara viéndonos y deseándonos en secreto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ahí nos encontrábamos nuevamente el señor Taylor y yo, cara a cara viéndonos y deseándonos en secreto. Estaba analizando su hermoso rostro, de por sí este hombre cuando estoy en mis cinco sentidos es extremadamente atractivo, ahora bajo los efectos del alcohol muchísimo más.

Y no me había dado cuenta de la pijama que traía puesta, vestía una camisa manga larga de seda en color azul marino metálico y pude notar que los dos primeros botones de esta, estaban desabrochados dejando ver una pequeña parte de su pecho y a juego llevaba un pantalón holgado del mismo color. No se veía para nada mal, lo que más me encantó fue ver esos cabellos dorados desordenados, lo hacía ver jodidamente sexy.

Observaba cada pequeño detalle de ese hombre, hasta que un ligero mareo hizo que diera unos pasos atrás hasta llegar al filo de la escalera, estaba apunto de perder el equilibrio debido a mis tacones, por un momento sentí desvanecer mi cuerpo. Hasta que unos grandes, fuertes, no tan musculosos, pero sí cálidos y protectores brazos me detuvieron, envolviéndome en un abrazo.

Y ahí nos encontrábamos juntos, nuevamente deseándonos. A tan sólo unos centímetros de diferencia de que nuestros labios se unieran en un beso. Nuestras respiraciones podían sentirse agitadas y como no, si el momento lo ameritaba, teniendo a semejante hombre en esa posición conmigo no era algo tranquilizante, al contrario, hacía que todas mis hormonas se revolvieran, hacía que se estremeciera mi zona íntima.

Mis ojos observaban aquellos finos labios rojos y delicados como los pétalos de una rosa que anhelaba probar, aunque sea una sola vez en la vida, ¿era mucho pedir?

El propósito de la vida es vivirla, saborear la experiencia al máximo, para llegar con interés y sin miedo a nuevas y ricas experiencias. Lo lamento Lola, pero tu padre es el vil pecado andante y sé que después de lo que haré me arrepentiré, pero sólo se vive una vez.

Señor Taylor, usted será mi condena el resto de mi vida, pero sólo quiero sentir la ternura de sus labios rozar los míos y perderme locamente en este deseo incontrolable y feroz que siento cada vez que lo observo.

Y sin dudarlo, acerqué mi rostro para fundir nuestros labios en un apasionado y exquisito beso que ambos habíamos estado anhelando todo este tiempo, pues no sólo nos bastaba con las miradas, sino también quería sentir al señor Taylor poseyendo cada parte de mi cuerpo. Quería sentirlo en mi interior.

Sentí que el señor Taylor no dudó ni un segundo en seguirme aquel beso que al principio fue algo lento, lindo, tierno, pero conforme el señor Taylor se apoderaba de mis deseos y me ahogaba en ese fugaz beso, podía sentir como estremecía todo mi cuerpo.

La temperatura subía en nosotros, y el señor Taylor y yo habíamos dejado la pena a un lado y ese beso lentamente se fue transformando en uno apasionado sentí la tibia lengua del señor Taylor pidiendo permiso para poder entrar en mi cavidad bucal y sin dudarlo le permití el acceso. Su aliento sabía a menta con un toque de canela, aquel sabor tan único, en mi vida había probado unos labios con ese sabor tan exquisito y delicioso que el señor Taylor poseía.

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora