CAPÍTULO 3

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1 MES DESPUÉS

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1 MES DESPUÉS

Había pasado un mes desde que llegué, y todo va a la perfección. He logrado adaptarme a esta nueva vida, a este nuevo país y continente, bueno, no del todo pero ahí la llevaba.

Lola y yo nos llevamos mucho más, e incluso ya hicimos nuevos amigos en la universidad. Nos conocemos un poco más, ambas sabemos lo suficiente la una de la otra, es increíble cómo es que de ser dos desconocidas terminamos llevándonos bien y hayamos entrado en confianza. Era una chica increíble, era como la hermana que nunca tuve.

Pues hasta ahora no hay exámenes en la universidad, pero la carrera de medicina no es tan sencilla como parece, suena bonito cuando te dicen "Doctor" o "Doctora", pero cuesta demasiado trabajo llegar a serlo, pues de ti depende la vida de tu paciente, en tus manos está salvarlo. No me quejo, porque medicina es algo que siempre he querido estudiar, me gustaría especializarme en cardiología ya que en México casi no hay muchos cardiólogos y los que hay tienen su propia clínica o trabajan en hospitales particulares y las personas de bajos recursos no pueden pagar consultas demasiado caras.

Volviendo a las clases, justo hoy nos habían asignado nuestro primer trabajo en equipo, nos dieron la opción de formar los equipos, los equipos eran de dos personas así que no hubo problema por eso ya que desde luego Lola y yo éramos ese equipo.

—¿Qué te parece si vamos a mi casa? —sugirió Lola.

—Está bien, en mi habitación no hay mucho espacio y no tengo los suficientes medios para hacer el trabajo.

—Perfecto, deja avisarle a mi nana que ponga un plato más en la mesa.

—Gracias, sólo déjame pasar mi cuarto por mi laptop y un cargador —dije al salir de la universidad.

El señor James nos llevó a mi departamento y subí por lo que le había dicho a Lola. Una vez dentro del carro, emprendimos camino a casa de Lola, al parecer vivía en una zona residencial de casas lujosas en Londres. El vecindario en donde ella vivía era muy grande y desde la entrada de aquel lugar podías observar las grandes, lujosas y hermosas casas que se encontraban.

Seguimos el camino recto, el chófer jamás dobló, aproximadamente unas 10 cuadras y ya habíamos llegado a casa de Lola. Casi era una de las últimas casas que se encontraban, pero valía la pena esas 10 cuadras, la casa era perfecta.

De entrada la fachada tenía un toque hogareño, muy rústico. Antes de entrar a la casa, se encontraba un jardín algo grande con arbustos y algunos árboles alrededor, la casa se encontraba casi colindando con un bosque, pues alrededor de esa se encontraban árboles y pasto.

—Bien, acompáñame te presentaré con mi nana.

Y así fue, la seguí por un largo pasillo que conectaba con la cocina, la casa por dentro era acogedora, es como si estuvieras en tu propia casa y también era algo rústica, había muchos objetos hechos a base de madera.

—Mi niña, que bueno que ya llegaste —dijo una señora de unos 60 años.

—Ya vamos a comer, pero antes quiero presentarte a una amiga —comentó Lola —. Ella es _______, vine de intercambio.

—Mucho gusto jovencita, mi nombre es Matilde —dijo aquella señora amablemente y con una sonrisa en el rostro.

—Mucho gusto, Matilde. Lola me ha hablado mucho de usted —respondiste.

—Ella es como una hija para mí, la conozco desde que era una bebé —dijo Matilde con algo de nostalgia —. Bueno, supongo que deben de traer hambre, así que lávense las manos, en un momento más les sirvo la comida.

—¿Y mi papá? —preguntó Lola.

—Tuvo un problema en la empresa y me avisó que no vendrá a comer.

—Mmmm...justo hoy que traigo visita a la casa —. Ya será en otra ocasión que te presente a mi papá.

—Claro, no te preocupes —respondí.

Ambas nos dispusimos a comer la deliciosa y exquisita comida que había preparado Matilde, era una comida que me supo a gloria, pues desde hace un mes no comía algo tan delicioso y casero como lo que prepara Matilde, siempre me la paso comiendo en restaurantes o a veces no logro comer por la universidad.

Estaba pensando seriamente en cambiarme a una casa u otro departamento más grande, ya que ahí no se podía cocinar y casi no tenía mucha privacidad. Después de comer, nos dirigimos al estudio no sin antes agradecerle a Matilde por lo delicioso que cocina.

Habíamos comenzado nuestro trabajo, el estudio que tenía Lola era bastante amplio y acogedor, tenía todo lo necesario para que pudiéramos llevar a cabo nuestra tarea, llevábamos unas 4 horas ahí metidas. Era hora de tomar un descanso, pues estábamos agotadas de estar buscando información.

—Lola —dije llamando su atención —. ¿Podrías prestarme tu sanitario? Por favor.

—Claro, saliendo te vas todo derecho, está al fondo a la derecha.

—Gracias.

Salí del estudio, mi vejiga no iba aguantar más, fui casi corriendo al baño. Una vez que hice mi necesidad, iba de regreso por el pasillo pero, me detuve a observar una foto que estaba colgada en una de las paredes de aquel pasillo. Estaba tan entretenida observando aquella fotografía, era un hombre sujetando a una bebé, inmediatamente supuse que era Lola y su padre, aquel señor en ese entonces aparentaba tener unos 25 años, poseía unos ojos azules como el mar, aunque no sé si era mi imaginación, pero se notaba que expresaban un toque de tristeza y cansancio.

Aquel joven hombre era atractivo sin duda alguna, tenía un rostro fino, perfecto.

Estaba tan sumergida apreciando aquel rostro joven de ese hombre y por supuesto también veía aquella linda y tierna Lola de bebé, no sabía cuánto tiempo llevaba observándola, cuando una voz a mis espaldas hizo sobresaltarme y girarme

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Estaba tan sumergida apreciando aquel rostro joven de ese hombre y por supuesto también veía aquella linda y tierna Lola de bebé, no sabía cuánto tiempo llevaba observándola, cuando una voz a mis espaldas hizo sobresaltarme y girarme.

—Buenas tardes...

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora