CAPÍTULO 1

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Estaba sólo a unos minutos de partir a Londres, dónde no sabría qué cosas me prepara el destino

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Estaba sólo a unos minutos de partir a Londres, dónde no sabría qué cosas me prepara el destino. Me encuentro en estos instantes en el aeropuerto, observando cómo las personas caminan con sus maletas, algunas siendo recibidas por sus familiares, otras abordando su vuelo, otras recogiendo su equipaje, viendo como los pilotos y azafatas caminaban después de una larga jornada laboral.

Estaba pensando en lo emocionante que será esta nueva aventura allá en Londres, no conocía a nadie y eso me aterraba, pues nunca se me ha hecho difícil hacer amigos, pero vamos, allá es otra cultura, otro tipo de personas, otra diferente manera de pensar. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta en qué momento habían anunciado mi vuelo.

—Hija, ya es hora de partir —dijo mi madre sacándome de mis pensamientos.

—Adiós papás, prometo mantenerlos al tanto de mi estadía en Londres —dije despidiéndome de ambos.

—Anhelo y deseo de todo corazón que te vaya bien en ese intercambio, esperamos verte pronto —comentó mi papá.

Así pues, emprendí mi camino hacia el andén que me llevaba a mi vuelo, me despedí con la mano alzada y agitándola conforme caminaba. Extrañaría mi país, pero aún así estaba contenta por esta nueva experiencia. Abordé el avión y vi cómo despegaba, veía como cada vez estaba más lejos del suelo.

Pasaron algunas horas de vuelo y el piloto nos había comunicado que estábamos por aterrizar. Cuando por fin toqué tierra europea fui en busca de mi equipaje y también en busca de la coordinadora de la universidad que ya hacía esperándome.

—¡Buenos días! Bienvenida a Londres, mi nombre es Leticia. Cómo bien sabes soy la coordinadora de la universidad y estaré apoyándote en tu estancia aquí en Londres —dijo amablemente.

—¡Buenos días! Muchas gracias, espero poder adaptarme pronto aquí —mencioné.

—No habrá problema, y en caso de que lo llegue a haber, me lo harás saber.

—¿A dónde iremos? —pregunté.

—Primero, te llevaré a donde te hospedarás. Sé que el vuelo estuvo agotador, pero necesito mostrarte la universidad antes de que empiecen las clases.

—De acuerdo, andando.

Salimos del aeropuerto de Londres, para proceder a montarnos a un automóvil que estaba esperándonos. El trayecto del aeropuerto a la ciudad observaba como era la carretera, el paisaje que brinda Londres. En el transcurso, la coordinadora me ponía al tanto de cómo era la forma de evaluar y otros detalles más de la universidad, todas las iba anotando en mi iPad, pues no quería olvidar ninguna y regarla.

Llegamos a lo que sería mi nuevo departamento, era un enorme edificio de unos 8 pisos, estaba pintado de un color vino, tenía algunas habitaciones con vista hacía la calle que contaban con sus respectivos balcones, las ventanas eran de color blanco cosa que hacía resaltar el color del edificio.

La coordinadora me había comentado que era especialmente para los alumnos de intercambio, por lo tanto, sólo era para estudiantes. Nos adentramos y me registré con la recepcionista que me atendió muy amablemente.

Deposité mis cosas en mi nueva habitación, la verdad es que no juzgué mucho el lugar, ya que la coordinadora me estaba esperando para que fuéramos a la universidad. Bajé y emprendimos camino a la universidad, mientras tanto, disfrutaba de las calles transitadas de la ciudad, el hermoso cielo estaba algo despejado, el aire fresco que desprendía aquella ciudad, observaba como caminaba de un lado a otro las personas, estaba tan concentrada observando cada detalle hasta que la coordinadora me interrumpió.

Habíamos llegado, en cuanto bajé del auto no podía dejar de contemplar semejante belleza arquitectónica, era sumamente enorme y poseía una arquitectura impresionante, nos adentramos a la universidad y por dentro era mucho más hermosa.

La coordinadora comenzó a darme un tour por ella, me mostraba los salones de acuerdo a las carreras, los sanitarios, el comedor, los jardines, la biblioteca, la sala de computación y demás. Pasamos aproximadamente unas 2 horas allí y es que ese lugar era enorme. Al salir me llevó de vuelta a mi departamento, me dijo las opciones que tenía para poder transportarme, bien podía irme caminando ya que no estaba muy lejos o podría usar algún medio de transporte. Esta sería una aventura genial.

—Bien, espero y haya sido de tu agrado la habitación que se te asignó, recuerda que el lunes a las 8:00 a.m. debes de estar presente —dijo.

—Claro, ya tengo mi horario con las clases que me corresponde, muchas gracias —respondiste sonriendo.

—No hay de que, si necesitas algo o tienes alguna duda me dices.

—Por supuesto, gracias.

Subí a mi habitación y decidí mandarle un mensaje a mis papás de que todo estaba bien. Decidí tomar una relajante ducha, pues hoy había sido un día agotador y tenía que descansar.

Los días de descanso que me quedaban habían pasado demasiado rápido, hoy era lunes y ya me encontraba despierta, eran las 6:00 a.m, decidí levantarme temprano para tener tiempo de hacer mis cosas con calma. Me cuesta trabajo la zona horaria, pero era algo con lo que me iba a acostumbrar.

Tomé una ducha de 20 minutos, me gusta ser una persona organizada así que un día antes había elegido que ropa ponerme. Cabe destacar que soy una chica muy femenina, me gusta arreglarme siempre, no importa a donde vaya, por lo tanto, al salir de la ducha decidí maquillarme un poco.

Apliqué un poco de polvo sobre mi rostro y algo de corrector para tapar mi ojeras, mis pestañas no eran tan rizadas así que debería de rizarlas, posteriormente agarré la máscara de pestañas y procedí a aplicarla para dar un poco de volumen e intensidad a mis pestañas tanto superiores como inferiores, continué maquillando un poco mis cejas para darle un toque de color ya que no eran tan pobladas, rubor casi no lo utilizo, pues mis mejillas tienen su propio color así que me aplico rubor iba a parecer un payaso. Y por último, puse un poco de gloss sobre mis labios.

Puse en un pequeño bolso lo necesario para mi primer día de clases, salí de mi habitación no sin antes corroborar de que no se me olvidaba nada. Salí del edificio y caminé aquellas cuadras de Londres, quería despejar mi mente y calmarme, pues para empezar, era mi primer día de clases como universitaria y en otro país.

Tardé 15 minutos en llegar y observé como varios chicos comenzaban a llegar, al momento de entrar observé como empezaba a llenarse poco a poco, estaba algo perdida y agobiada, pues eran muchas personas y me sentía desubicada, hasta que choqué con alguien.

Young and beautiful •|Roger Taylor y ______|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora