Love and war (Shazam!)

5. El tarado y la arpía

-Georgia-

Llegó la hora de comer, y Belle y yo seguimos al resto de alumnos hasta el gran comedor. Tras recoger nuestras bandejas de comida y pagar, Belle empezó a buscar una mesa donde sentarnos, preferiblemente alejada de los Breyer, después de la desagradable escena de primera hora.

Acabamos encontrando la mesa donde se había sentado nuestro "héroe salvador del día", Billy Batson; el cual, al vernos, nos hizo señas para que nos acercásemos. Belle sonrió aliviada y comenzó a caminar hacia ellos. Yo la seguí de mala gana, porque en la mesa también estaba el imbécil de Freddy Freeman. Seguro que estar viéndole la cara durante la comida me arruinaba la digestión.

Las dos llegamos hasta la mesa, donde, aparte de los dos idiotas, estaban sentados los miembros de la familia de acogida que nos habían presentado a Belle y a mí a primera hora: un chico asiático, otro latino y grandote y una niña afroamericana. Parecían un anuncio de United Colors of Benetton, de esos super multiculturales, con todas las razas. Lo sé porque mamá hizo varias campañas con esa compañía de moda en los noventa, cuando tenía poco más de nuestra edad.

—¿Podemos sentarnos? —preguntó mi hermana, esperanzada.

—Claro —asintió Billy, señalando una zona algo más despejada de la mesa—. Chicos, haced sitio —pidió al resto. Ellos obedecieron despreocupadamente, aunque Freeman (cómo no), puso cara de fastidio al verme. "Esto no me gusta más que a ti", pensé; pero me mordí la lengua. Ya me había pasado de la raya antes con los Breyer y no quería que Belle se molestara; además, tenía hambre y quería sentarme de una vez, donde fuera. Podía pensar en otra cosa mientras comía y fingir, simplemente, que él no estaba allí.

Dejamos las bandejas y tomamos un par de sillas, ocupando el espacio vacío.

—¡Qué bien que haya más chicas! —exclamó Darla, con un tono de voz demasiado estridente para mis oídos—. Desde que Mary se fue a la universidad, me siento muy sola, con todo chicos aquí.

Belle dirigió una mirada interrogante hacia Billy, quien le explicó:

—Mary es nuestra hermana mayor.

—Iba a ir a Cal-tech, pero luego se arrepintió y al final le dieron una beca en Penn —añadió Freddy—. Así puede ir a la universidad sin irse de casa.

—¿Entonces, coméis siempre todos juntos?

Darla asintió entusiasta:

—¡Todo lo hacemos juntos! Comer, estudiar, pelear...

—¿Pelear? —se extrañó Belle, y la sonrisa de Billy se congeló.

—Sí, sí, también nos peleamos un montón, entre nosotros —aclaró Freddy con voz apresurada—. Pero son peleas sin importancia, entre hermanos. En el fondo, nos queremos mucho.

Yo desconecté. Estaba intentando portarme bien, de veras, y me concentré en mi comida mientras Belle, Darla, Billy y Freddy establecían una animada conversación sobre lo difícil que resulta adaptarse a un colegio nuevo durante los primeros días. Eugene estaba pendiente de algo en su móvil; y en cuanto al otro, parecía tan en la luna como yo.

—Hace un par de años, yo estaba ahí, en vuestro lugar —comentó Billy, señalándonos a Belle y a mí—. Quiero decir metafóricamente, creo que era esa otra mesa. —Señaló una mesa a nuestra izquierda—. Sé que los principios son duros.