Love and war (Shazam!)

25. Siempre un segundón

Para Freddy, todo se había salido de madre en un momento.

Recordaba que estaba discutiendo con Billy sobre dónde colocarse para hacer las fotografías del exterior de la torre para el dossier. Billy había visto un promontorio desde el cual, opinaba, quedarían perfectas; pero les obligaba a ascender por un camino empinado y lleno de peñascos, lo cual, para él, era una putada. Podía hacerlo, tener una leve cojera no le impedía caminar por terrenos desiguales, pero le parecía que era demasiado trabajo por el afán de perfeccionismo de Georgia.

—Puedo ir solo —sugirió Billy.

—Sí, ¿y yo qué hago aquí mientras tanto para no morir de aburrimiento, jalearte? —respondió él de mal humor.

—Yo qué sé, métele al Candy Crush. —Actualmente Freddy estaba en el nivel 742.

—Se me congelarán los dedos si intento jugar aquí.

Billy suspiró (más bien resopló, intentando armarse de paciencia) y se preparaba para contestar alguna réplica mordaz cuando oyeron la explosión en la torre, e inmediatamente después vieron la antena desprenderse y caer al suelo con un gran estruendo. Los dos muchachos contemplaron horrorizados cómo en la parte de arriba, en la zona donde había estado la antena, colgaba lo que parecía un cuerpo humano.

—No será... alguna de las chicas, ¿verd...?

Billy no esperó a que Freddy terminara la frase para gritar su palabra de poder. Antes de darse cuenta, el joven de la muleta vio caer el familiar rayo junto a él, transformando a su amigo en el superhéroe Shazam, y este salió despedido hacia la torre.

Freddy estuvo a punto de imitarle. De hecho, sus dientes se juntaron para formar un sonido siseante, casi pronunciando la palabra, pero se obligó a contenerse. No sabían aún lo que había ocurrido. Tal vez fuera una emergencia que requiriera de la intervención de dos superhéroes, tal vez no. Pero si no lo era, y las chicas se daban cuenta de que los dos, tanto Billy como él, habían desaparecido; y en su lugar había dos superhéroes... podría ser sospechoso. La ausencia de uno de ellos podría pasar, pero no la de los dos. Absolutamente nada le gustaba más que convertirse en superhéroe, pero tenían que ir con cabeza.

Así que esta vez fue él quien resopló, y de mala gana empezó a renquear, en su forma humana normal y apoyado en su muleta, de camino hacia la torre.

Mientras se acercaba, vio cómo, efectivamente, la forma que colgaba de la torre era Belle, y por un instante se asustó al verla caer, pero no demasiado. Sabía que Billy, o mejor dicho Shazam, la alcanzaría antes de que llegara al suelo, como efectivamente sucedió. Lo que no se esperaba era que, en lugar de aterrizar enseguida con ella, se la llevó volando lejos. Tal vez estaba buscando un lugar donde aterrizar sin que el viento les sacudiese tanto (algo difícil), o quizás simplemente quería aprovechar la ocasión para presumir un poco ante su crush con sus poderes. Lo cual era un poco arriesgado en su opinión, pero eh, quién era él para juzgar. Seguramente habría hecho lo mismo de haber estado en su lugar.

De modo que solo tenía que quedarse allí a esperar a que regresaran. Más adelante se enteraría de qué coño había ocurrido allí para que Belle acabase en esa situación.

Estaba llegando a la base de la torre cuando vio a Georgia saliendo de la parte interior. Suspiró internamente, tensándose por anticipado: cada vez que se quedaba a solas con ella, siempre terminaba habiendo movida. Por un lado tenía curiosidad sobre qué había pasado, pero habría preferido preguntárselo a la propia Belle. Cuando le tocaba estar a solas con Georgia, siempre se preparaba para un nuevo duelo verbal con ella. Era molesto de cojones.

Sin embargo, esta vez era diferente, lo supo nada más verle la cara. Estaba pálida y desencajada, y sus ojos tenían un brillo acuoso. No llevaba su abrigo, y caminaba casi tambaleándose, como si estuviera mareada... o demasiado aturdida para mantenerse derecha.