40. El triángulo amoroso de la doble identidad

259 13 176
                                    

De todos los chicos de los Vázquez, Freddy y Mary eran los veteranos. El primero en llegar a aquella casa había sido Freddy, y unas semanas después llegó Mary, la cual había huido de un hogar abusivo (*). Después vinieron Darla, Pedro y Eugene. Los dos últimos habían llegado casi a la vez, lo cual había creado una gran complicidad en aquellos dos chicos tan distintos.

Mary, siendo la mayor, más inteligente y resolutiva, siempre había sido considerada la auténtica líder del grupo, como una segunda madre para los demás, pero Freddy no era el tipo de chico que se quedaba callado, siempre tenía una opinión que dar. De modo que solía hacerse escuchar bastante más, por ejemplo, que Pedro, el cual era mayor en edad pero mucho más tímido que él.

Finalmente llegó Billy, cuya presencia puso patas arriba no solo la dinámica y la relación entre aquellos chicos, sino su vida entera, al compartir con ellos los poderes de Shazam.

Durante los últimos dos años, Mary, Freddy y Billy habían sido quienes solían tomar la mayor parte de las decisiones. Aunque casi siempre contaban con los otros dos chicos y con Darla, algunas veces se reunían ellos tres solos, para hablar de temas delicados que a los otros podría costarles entender.

Aquella era una de esas situaciones.

En el ático de casa de los Vázquez, Billy y Freddy apretaron los párpados, deslumbrados por el rayo que transformó de vuelta a la superheroína en la hermana mayor que conocían.

A medida que iba convirtiéndose en adulta, Mary Bromfield se iba pareciendo cada vez más a su contraparte superheroica (o quizás fuera al revés). A ojos de sus hermanos, solo parecía cambiar de atuendo: su magnífico traje rojo con capa blanca y rayo dorado se convertía en ropa casual, jeans y jersey o algún vestido de corte simple. Freddy tenía la teoría de que la magia de Shazam la protegía de ser reconocida en su identidad civil, aunque su rostro fuera el mismo y no llevase máscara.

──Bueno, ya me contaréis para qué me habéis hecho venir con tanta urgencia —habló tras saludarles──. Y, chicos, tenemos que mantener este tipo de visitas al mínimo. No sé por cuánto tiempo más nuestros padres se van a tragar la patraña de que nuestro barrio es una zona con alta intensidad de descargas eléctricas y que por eso caen tantos rayos sobre nuestra casa.

—Que nos cuente él. —Freddy señaló a Billy—. Es él quien tiene la emergencia. Y me ha tenido en ascuas desde que salimos del colegio, eso no es de buen hermano —le reprochó, medio en broma medio en serio.

El aludido inspiró hondo, no sabía bien cómo explicarse. Tras unos segundos (agónicos para Freddy), dijo:

—Tenéis que ayudarme, creo que la he cagado. No, que la he cagado. La he cagado muchísimo.

—¿Por qué? —se preocupó Mary—. ¿Qué has hecho?

—He hecho que Belle se enamore de mí.

Freddy y Mary intercambiaron una mirada sorprendida, pero su alegría por la noticia (supuestamente feliz) superó a todo lo demás:

—¡Pero Billy, eso es fantástico! ¡Me alegro mucho!

—Serás sinvergüenza, al final siempre te sales con la tuya. —En la voz de Freddy se mezclaban sincera felicidad por él y quizás un puntito de envidia. Billy cortó sus felicitaciones haciendo aspavientos con las manos:

—¡No, no lo entendéis! He hecho que Belle se enamore de mí, pero no de mí, mí... —se señaló frenéticamente a sí mismo, para después señalar a una persona imaginaria junto a él—; sino de mi otro yo. El "Capitán Chispitas".

Por un instante, sus hermanos se quedaron mudos de la impresión.

—Nos estás diciendo que... ¿Belle se ha enamorado del Capitán Marvel? —preguntó Mary, cautelosa.

Love and war (Shazam!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora