A la misma hora que Thaddeus Sivana conseguía replicar con éxito los poderes del Campeón sobre sus dos hijas, Billy Batson se encontraba en su casa, sentado frente a una enorme tarta de cumpleaños con diecisiete velas encendidas, e intentaba disimular su cara de circunstancias mientras su familia le cantaba el cumpleaños feliz. Estaba convencido de que no había forma de poner una expresión digna o normal en aquellas situaciones.
Pero era una ocasión especial, y él se sentía feliz. No solo estaba su familia de siempre, sus padres y sus hermanos, sino que también habían venido el tío Dudley y su padre biológico. Allí estaban reunidas todas y cada una de las personas que más le importaban en el mundo.
Con una ausencia destacada, pero se esforzó por alejar ese pensamiento de su cabeza.
Una vez terminada la canción, tomó aire y se dispuso a apagar las velas, pero Darla le detuvo:
—¡Espera, Billy! ¡Recuerda que antes tienes que pedir un deseo!
Un deseo de cumpleaños... siempre se le olvidaba. Nunca le había dado mucha importancia a esa tradición, en especial en los últimos tiempos. Darla había tenido que recordárselo más de una vez.
Durante diez años, desde los cuatro a los catorce, las pocas veces que había tenido ocasión de soplar velas en una tarta de cumpleaños, su deseo siempre había sido el mismo, simple pero obsesivamente insistente: "Por favor, por favor, quiero volver a ver a mi madre". Era el único deseo que tenía, todo lo que aquel huérfano pedía de la vida.
(Deseo que al final se le había cumplido, aunque no de la forma que a él le hubiera gustado).
En su decimoquinto cumpleaños, acababa de recibir los poderes del Campeón apenas unos días antes; y la derrota del Doctor Sivana, y que sus hermanos se hubieran convertido en superhéroes al igual que él, todo aquello estaba de lo más reciente. Era la primera vez, también, que celebraba su cumpleaños como parte de la familia Vázquez. Su deseo antes de apagar las velas aquel año fue: "Por favor, por favor, que esto no sea un sueño".
(Y no lo fue).
Para el año siguiente, al cumplir los dieciséis, ya llevaba un año con los Vázquez y empezaba a comprender lo que significaba tener una auténtica familia. No era la familia por la que había rogado tanto, pero extrañamente era mucho mejor. El chico independiente y solitario había encontrado por fin su hogar, empezaba a apreciarlo, y también a temer perderlo. Su deseo de aquel año fue "Por favor, por favor, que estemos siempre juntos".
(Por el momento, eso también se le había cumplido, y cruzaba los dedos para que siguiera así).
Y... ¿qué iba a pedir este año, en su cumpleaños número diecisiete? Tenía una gran familia a la que quería y que le quería, tenía otro padre adicional con el que se llevaba cada vez mejor, los estudios le iban bien y hasta empezaba a encontrarle la gracia al fútbol, aunque al principio hubiera tenido que meterse en el equipo un poco por obligación, por faltar tanto a clase.
Sin olvidar los superpoderes, claro.
De ser un huérfano que no tenía nada, había acabado teniéndolo todo, con una excepción. Solo se le ocurría una cosa que quisiera, o mejor dicho, que ansiara desesperadamente en ese momento.
Cerró los ojos y pensó: "Por favor, por favor, deseo que Belle pueda pensar en mí de otra forma... y enamorarse de mí".
Después, apagó todas las velas con un fuerte soplido. A su alrededor, estallaron los aplausos de su familia.
⚡⚡⚡
La fiesta había ido fenomenal. Todos estaban muy animados, la comida había sido abundante y deliciosa, y por poco no sobró tarta, aunque Billy tuvo buen cuidado de apartar una porción para llevársela a Belle el lunes.
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Love and war (Shazam!)
FanfictionDos chicos superhéroes. Dos lindas chicas, hijas del villano. Ninguno de los dos grupos conoce el secreto del otro. Si tan solo supieran... ***** Billy Batson y su inseparable amigo, Freddy Freeman, se enfrentan a un reto típico para cualquier ad...