7. Crush secreto

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-Belle-

Señorita Sinclair llamó el profesor Thompson.

Alcé los ojos sobresaltada, hasta que me di cuenta de que miraba hacia mi hermana.

Señorita Georgia Sinclair aclaró el profesor, recordando que éramos dos Sinclair en la clase. Entretanto, en el pupitre delante del mío, Georgia seguía a lo suyo, garabateando en una hoja de su carpeta sin enterarse de nada.

¡Georgia! susurré hacia ella, dándole un toque en la espalda para llamar su atención.

¿Eh? Como si despertase de una ensoñación, mi hermana miró primero hacia mí, y luego al profesor que la reclamaba. Su "¿eh?" sonó torpe y gutural, y se oyeron varias risitas malvadas en la clase.

No la veo muy atenta, señorita Sinclair.

Sí lo estoy mintió ella.

¿De veras? ¿Sería capaz entonces de decirme el valor de F en la ecuación de esta palanca de segundo grado? Con ademán malévolo, Thompson señaló la más complicada de las ecuaciones que había en la pizarra, que el resto de los estudiantes de la clase llevábamos media hora rompiéndonos la cabeza en vano por resolver.

Ella echó un rápido vistazo a la pizarra.

No, señor. Y cuando el profesor sonrió con suficiencia, dispuesto a censurarle su falta de atención, ella añadió. No puedo porque, a menos que los valores de R, del PA y de F estén intercambiados, esa fórmula es la de una palanca de tercer grado, no de segundo. En una ecuación de palanca de tercer grado, el valor de F sería de 14 NewtonsY después de aquello, volvió a sumirse en su mundo particular.

Las risas se esfumaron, y una expresión desconcertada apareció en el rostro del profesor.

Es... correcto. Molesto por no haber podido sorprenderla, se encaró con el resto de la clase—. ¡Entonces son el resto de ustedes los que no están atentos! ¿Cómo es que ninguno se dio cuenta de que la fórmula era errónea?

Un murmullo asombrado recorrió la clase y yo sofoqué una sonrisa. No era la primera vez que veía a un profesor intentando pillar a Georgia en un renuncio, solo para fracasar. Especialmente en Ciencias, iba muy por delante de nuestro nivel; y solo su tajante negativa evitó que nuestros padres la mandasen a un centro especializado en alumnos con altas capacidades. Se empeñaba en asistir a las clases a las que iba yo; pero luego se aburría y se ponía a divagar.

Eché una mirada alrededor, curiosa por ver por las reacciones del resto de compañeros ante el casi antinatural talento de mi hermana. En el internado, había quienes la admiraban y envidiaban por la sensación que causaba entre los profesores; pero muchas otras chicas la consideraban un bicho raro. Vi que en nuestra nueva clase se repetía la tendencia.

Mis ojos se encontraron con los de Billy, que se sentaba junto a ella, y él parecía formar parte de los agradablemente impresionados. Abrió mucho los ojos, como diciéndome "Vaya con tu hermana, sí que es lista". Yo me encogí de hombros con una sonrisa de circunstancias: "Sí, ella es así". Siempre me había sentido muy orgullosa de ella.

Pero a mi lado, a Freddy Freeman no le había hecho tanta gracia su demostración de conocimiento. Pude ver que empezaba a hacer muecas como si la remedara, aunque en cuanto me vio mirándole se detuvo, con gesto avergonzado.

Me daba mucha pena que aquellos dos hubieran empezado con tan mal pie. Tres semanas después de nuestro primer día y de aquella explosiva pelea entre ellos, seguían detestándose ferozmente. Por suerte, no se había vuelto a producir ninguna confrontación como la de aquel día, algo que agradecía, porque Billy y Freddy nos habían vuelto a admitir en la mesa de su familia durante los almuerzos y pese a mis amenazas, yo no habría tenido corazón para dejarla comer sola en otro sitio.

Love and war (Shazam!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora