30. Sutiles cambios

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—Sigo pensando que deberíamos haberlo votado —masculló Freddy de mal humor aquel lunes por la mañana, mientras salían de casa para montarse en la furgoneta familiar y marchar hacia el instituto.

—Creía que no te iba eso de votar —replicó Billy.

—Y yo que a ti no te iban los videítos, y aquí estamos.

Billy se había sentido aliviado de que su hermano adoptivo le hubiera perdonado enseguida cuando le apartó en un principio durante su enfrentamiento contra el doctor Sivana. Pero había otra cosa que no estaba dispuesto a perdonarle tan fácilmente, y era que hubiese decidido su nombre oficial en su lugar. Ese era un papel que Freddy, desde que empezó todo el lío de Shazam, se había atribuido a sí mismo, por su vasto conocimiento sobre superhéroes.

Pero habían pasado dos años desde entonces y no había sido capaz de encontrar el nombre perfecto, algo que Billy había hecho durante aquel fin de semana. O más bien, lo había hecho Belle Sinclair. Eso era lo que más escocía a su amigo.

—Lo que te molesta es que el nombre no se te ocurriera a ti.

—Lo que me molesta es que a ti te parezca el nombre perfecto solo porque se le ocurrió a la chica que te gusta.

—No me parece el nombre perfecto. ¡Es el nombre perfecto!

—Billy, el nombre "Capitán Marvel" ya existe en los cómics. ¡Además, es el nombre de una mujer!

Freddy había esgrimido aquel argumento como unas quince veces desde que habían empezado a discutir el tema.

—Ya te he dicho que me da igual. Y en inglés, "Capitán" es un término unisex.

—¿Y qué hay de los problemas legales? ¡Nos podrían demandar!

—¿Crees que demandarían al héroe protector de Filadelfia?

—¿Esa gente de la industria? Demandarían a sus madres si creyeran que pueden sacarles dinero.

—Bueno, pues que contacten con mi representante —replicó Billy con tono malicioso, una pullita a los tiempos en que su hermano adoptivo se había declarado "representante" del nuevo superhéroe de la ciudad.

—Ja, ja, ja. Me parto contigo.

—Venga, Freddy... —trató de ser conciliador, pero no tuvo el efecto deseado—. Nosotros no tenemos dinero por el que nos puedan demandar.

—Eso ellos no lo saben.

—Solo es un nombre. Un nombre no cambia nada.

—Yo creo que algo sí cambia, pero no estás viendo el verdadero problema.

—¿Y cuál es el verdadero problema? A ver, ilústrame.

—El problema es que ya estás otra vez decidiendo las cosas tú solo, sin tenernos en cuenta.

Billy puso los ojos en blanco, oscilando entre la incredulidad ante la tozudez de su amigo (Freddy solía ser una persona de trato fácil, pero cuando se obcecaba con algo no había quien lo aguantara), y la leve irritación que precede al cabreo.

—Se trata de mi nombre. Mi nombre, Freddy.

—Pero el nombre que elijas nos condiciona a los demás, y lo sabes. Tendremos que ponernos nombres que hagan juego, que tengan algo con "Marvel", para seguir dando imagen de equipo.

—Eso no pareció molestar a los demás ayer, cuando lo hablamos. ¿Verdad, Darla? —Billy captó la atención de su hermana pequeña, que en ese momento entraba en la furgoneta justo detrás de ellos, seguida de Pedro y Eugene.

Love and war (Shazam!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora