21. Una voz conocida

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—¡Señor Batson! —se alarmó Dudley, y alzó la voz para llamar—. ¡Víctor, Billy, chicos! ¡Necesitamos ayuda!

Al oírle, Billy se levantó como un resorte de la escalera y acudió corriendo a abrir la puerta del salón, casi atropellando a sus hermanos que estaban en medio. Víctor, Rosa y Mary acudieron segundos después.

—¿Qué ha pasado, tío Dudley?

—No lo sé, estábamos hablando y de repente se empezó a encontrar mal y se desmayó.

—Hay que llamar a una ambulancia —dijo Rosa, pero su marido negó con la cabeza.

—Será más rápido que lo lleve yo mismo. Billy, ¿me ayudas a trasladarlo a la furgoneta?

Este asintió, y entre los dos subieron al hombre inconsciente a la parte trasera de la furgoneta. El tío Dudley quiso acompañarlos, de alguna forma se sentía responsable de lo ocurrido; y Mary y Freddy también se empeñaron en ir, para no dejar a Billy solo.

⚡⚡⚡

Poco después, estaban en la zona de Urgencias del Hospital Jefferson. Víctor entró con el señor Batson para que le hicieran un diagnóstico preliminar, mientras Billy, Mary, Freddy y el tío Dudley aguardaban en la sala de espera.

—¿Viste algo, por qué crees que se desmayó? —le preguntó Billy al anciano, y este se encogió de hombros, sacudiendo la cabeza.

—Ojalá lo supiera. Parecía estar bajo una fuerte presión. Pero sí me dio la impresión de que realmente te quiere y no desea perjudicarte.

Billy no contestó, solo apretó los labios. Odiaba la confusión que su padre había traído a su vida, pero no quería odiarle a él. Se sentía fatal. ¿Y si su padre estaba enfermo de verdad? ¿Y si no recuperaba la consciencia y se moría? Billy había rechazado todos sus intentos de acercarse, y lo último que le había dicho era que no quería verle. Él conocía bien el dolor del rechazo, y aunque su padre se lo mereciera, o eso había creído él... Viviría con ese remordimiento toda su vida.

Entretanto, a su lado, Freddy no paraba de teclear en su móvil. Parecía estar mandándose mensajes con alguien.

—¿Estás escribiendo a mamá? —preguntó, refiriéndose a Rosa.

Su amigo negó con la cabeza:

—A Belle. Quiere saber si estaremos libres el sábado de la semana que viene, Georgia está acabando su parte teórica del trabajo y ha decidido que es un buen día para ir a Roxborough a realizar el reportaje gráfico. —Elevó los ojos al techo, resoplando con desgana—. Qué ilusión, perder todo un sábado con "Doña Mandona".

Al menos ya no la llamaba la "Arpía", pensó Billy. Ya era algo.

—¿Y por qué Belle te escribe a ti? —preguntó, sintiendo una leve punzada molesta, casi de celos. Esperaba que, tras haber aclarado lo ocurrido en el zoológico, ella no le estuviera evitando.

Aunque él no se lo había pedido, Freddy tecleó la pregunta en su móvil.

—Dice que te ha escrito a ti primero, pero que no le contestabas. —Billy sacó su propio móvil del bolsillo, acordándose de que lo había puesto en silencio, y ahí estaban: varios mensajes de la muchacha que no había visto. Mientras, Freddy siguió tecleando—: "Billy no estaba atento a su móvil. Estamos en el hospital".

—¡Qué haces! ¡No le digas eso, que la vas a asustar! —exclamó este, pero ya era tarde. Sonó una llamada, pero no en el móvil de Freddy sino en el suyo propio. Billy lanzó una mirada irritada a su amigo, quien alzó las cejas y levantó las manos con las palmas hacia arriba, en un gesto que parecía decir: "¿Y qué querías que hiciera?". Se vio obligado a contestar: si no lo hacía, Belle se preocuparía aún más.

Love and war (Shazam!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora