캠프 4

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Mi relación con San... se trataba del chico atractivo y tierno que se interesó de pronto en una chica hundida en la tristeza, porque al parecer tenían algo en común: él había perdido a su madre por una larguísima y horrible enfermedad y ella había perdido a su padre.

Mi primer verano en PYC fue increíble, estaba feliz porque tenía la oportunidad de enseñar lo que me apasionaba. Además en ese entonces, mi padre me apoyaba, aunque todo fuera en contra de los deseos de mi madre... pero me duró muy poco esa felicidad porque el murió dos meses después por culpa de un conductor ebrio que estrelló su coche, a una velocidad excesiva e ignorando los señalamientos. Murió de forma instantánea, cuando ese coche golpeó el suyo, a mitad de un crucero.

Era el cumpleaños de mi madre...

Desde entonces, nuestra vida no fue la misma y yo no fui capaz de aprobar el examen para ingresar a la universidad.

En ese momento, San, parecía comprender lo que era quedarse sin la única persona que sientes que te ama en el mundo y entendí que era así cuando me contó como lo trataba su padre. Ambos nos encontramos en medio de todo eso y una cosa llevo a la otra. Me pidió que fuera su novia en el Día Blanco, obsequiándome un precioso dije que decía "Hannie" colgado a una delicada cadena. Acepté... aún en contra de los deseos de mi madre.

Cuando volvimos a ser instructores en el segundo verano, nos volvimos la nueva parejita estrella del campamento y todo fue bien, pero solo por un tiempo...

— Debiste decirle a Jin o a Soojung lo que estaba sucediendo, pudieron ayudarte a recuperar tus cosas. — Jiwon tenia como media hora hablando sobre todo lo que debí haber hecho, en lugar de ir directamente con San.

Dios sabe que la quiero, pero en en ese momento solo quería que se callara... me dolía el pecho y de nuevo iba arañando mis muslos con fuerza por encima del pantalón, algo que hacia siempre que me sentía ansiosa. Las puntas de los dedos me ardían por el continuo contacto contra la tela de los jeans. Quería concentrarme en algo que no fuera lo sucedido, más no podía. El autobús ya había iniciado su camino y lo que hice fue clavar la vista en el tapiz oscuro del asiento delantero porque me sentía atrapada y nos faltaban como dos horas de recorrido.

— Trata de dormir un poco ¿Si? — fue lo último que le escuche decir a mi amiga, tal vez rindiéndose por sentirse ignorada y de que no le respondiera. Lo que hice fue cerrarme, como siempre. Me metí en ese lugar vacío a donde siempre iba cuando algo me dolía.

Jiwon se quedó dormida en algún punto del camino y salí de mi letargo cuando alguien pasaba junto a mi y se inclino en mi lugar.

— Hannah... por favor, sígueme. —

Jimin.

En realidad no lo entendía bien, el me agradaba bastante pero de pronto me parecía demasiado amigable ¿era eso posible? o tal vez se trataba de mi estado de ánimo y mis pocas ganas de socializar. Él continuo avanzando por el pasillo... no lo seguí, me quede en mi lugar, aun admirando el tapiz del asiento como si fuera la cosa mas interesante del universo.

— ¡Hannah! — me gritó ¿En serio?... Lo ignoré. — ¡HANNAH! — volvió a gritar más fuerte segundos después y recibió quejas de parte de lagunas personas. Me encontré con la mirada de Tae, aun par de asientos que no comprendía que pasaba. Asomé la cabeza por el pasillo para mirar al rubio que también asomaba la suya, estaba sentado en una de las ultimas filas que parecían estar vacías. Le mire mal y el comenzó a pucherear. Al ver que no me movía, comenzó a aclararse la garganta de forma ruidosa... lo iba a hacer de nuevo, iba a gritar.

— Tarado. — murmuré. Me puse de pie y caminé rápido por el pasillo hasta donde estaba sentado. — Tienes veintitrés años, Jimin... veintitrés y pareces un mocoso. —

Summer Feelings [pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora