Summer Feelings [pjm]

캠프 15

La alarma de Jiwon hizo el mismo ruido odioso de siempre, solo que ese jueves la deteste de verdad. Los tres días que transcurrieron desde la noche en que me alejé de Jimin, fueron confusos. Me supieron a soledad y es que mi amiga seguía ignorándome, además el chico rubio que ocupaba la mayor parte de mis pensamientos, me dejó llena de dudas con su silencio. Además podía agregar al saco a Jungkook, que también no se acercó más a mi y parecía estar distanciado de su mejor amigo.

Las actividades con los campistas eran la distracción perfecta durante el día y me mantuve ocupada incluso haciendo cosas que no me correspondían para que el tiempo pasara de prisa.

Así se fueron tres días.

— ¡Por Dios, Jiwon! ¡Apágala ya! — Taeri gritó molesta y se cubrió la cabeza con la almohada. — Es demasiado temprano. — se quejó. Mi amiga hizo lo que le pidieron y la escuche salir de su cama para entra en el baño. Me envolví con mi manta y cerré los ojos de nuevo.

Si, era muy temprano y la única razón por la que Ji se levantaba a esa hora, era para irse antes que nosotros.

Cinco minutos después mi celular vibró, me tallé los ojos antes de tomarlo y leer los mensajes que era de San.

Sannie

Te espero en el estacionamiento después de la cena

Estaré en mi camioneta y no te atrevas a no ir

Agradécele a Park, si no me hubiera golpeado, no te molestaría

Estuve a nada de contactar a tu madre esa noche

No me des más motivos, Hannie

Me senté en mi cama y releí los mensajes.

¿Así iba a ser siempre? ¿Por qué lo dejo tener tanto poder sobre mí? ¿Qué diablos hago para terminar con esto?

Hablar con mi madre.

Contarle todo.

La sola idea me provocó unas horribles arcadas y me llené de ansiedad. Pensé en que si hablaba con mis amigos y entendieran, ellos podrían ayudarme con la situación. Recordé a Jimin y tuve el impulso de llamarle, pero lancé hacia un lado el móvil. Él ya no era una opción.

Cuando Jiwon salió del baño, me observó y debió notar algo en mi expresión; sin embargo desvió la mirada como los días anteriores y yo volví a recostarme, dándole la espalda para llorar en silencio.

La mañana se fue tan rápido, entre el desayuno y las primeras actividades del día, que estar de nuevo en el comedor para tomar los alimentos de la tarde, fue como dar un parpadeo. Quedé de sentarme con Tae en la hora de la comida y lo busqué con la mirada desde mi lugar, en la larga fila de campistas y personal.

— Hola... ¿Haneul? — reconocí la voz a mis espaldas de inmediato. — ¿Podrías ayudarme un poco? Tengo algo de prisa y la fila es demasiado larga. ¿Me dejarías tomar un lugar aquí? Si, a tus amigas no les importa, claro. —

Detrás de mi hubo grititos ahogados de parte de las adolescentes hormonales que estaban en la fila.

— Por supuesto que no hay problema, Profesor Park ¿Verdad que no? — dijo una de ellas, supongo que la llamada Haneul.

— No, no... adelante, profesor. — dijo otra y hubo respuesta similares de parte de algunas más.

— Gracias, señoritas. — casi imaginé el coqueteo de parte de Jimin.

Por Dios...

Evite mirarlo, pero cuando la chica le hizo espacio y él ocupo el lugar detrás de mi, estaba muy cerca. El aroma de su perfume se hizo presente y sentí una punzada en el estómago, una mezcla de nervios y mariposas que revoloteaban enloquecidas.