캠프 13

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Afuera de la cabaña se escucharon risas y eso me despertó. El sonido de llaves cayendo y después risas de nuevo.

Me giré sobre mi costado para mirar la puerta, esperando ver a Jiwon entrar pero en lugar de eso, alguien comenzó a canturrear.

— ¡Shh! Ayúdame, Jungkook... mis llaves... — y soltó una carcajada.

Vi la hora, eran las tres de la mañana.

— Par de... — salí de la cama para abrir y en cuanto Ji me vio, un grito de júbilo salio de su garganta.

— ¡HANNITA! —

— No grites, Ji... — le extendí la mano y la tomó. Entro en la cabaña tambaleándose y la llevé a recostar. Casi detrás de ella lo hizo Jungkook, que parecía haberse bañado o algo así, porque tenía el cabello húmedo y parte de su ropa. Se quedó de pie, cerca de la puerta.

— ¿Y Tae? — me preguntó Jiwon, mientras se quitaba los zapatos.

— No lo sé ¿venía con ustedes? —

— Se fue... por allá. — el pelinegro señalo hacia afuera.

— Oh. — mi amiga miró a Jungkook. — ¿Dormirás aquí? —

— Por supuesto que no. — dije.

— Pero... pero la señora Minrengue no está, puede dormir ahí... — hablaba arrastrando las palabras, cubrí a Ji con su manta.

— Lo sé, sé que Taeri salió, pero Jungkook tiene su propia cama. — casi enseguida el pelinegro dio pasos hacia la puerta.

— Me voy. — anunció y salió arrastrando los pies, cerrando la puerta detrás de él.

— ¡Adiós, Paul! — Jiwon se giró y cerró los ojos. Me senté en mi cama, mañana hablaría con ella sobre los pormenores de la dichosa reunión de "La orden"

Iba a poner el seguro de la puerta cuando se escuchó un golpe seco. Abrí y me encontré con un Jungkook abrazado a uno de los postes de madera de las escaleras, parecía intentar ponerse de pie.

— ¿Estás bien? — no me respondió. Apagué la luz del pórtico y salí. Se había golpeado en el brazo y se veían ligeros raspones. — Espera, espera... déjame ayudarte. —

Estaba muy callado, no dijo nada cuando me incliné a ayudarle y lo tomé por el brazo para que se pudiera poner de pie.

— ¿Quieres que te acompañe? ¿Qué llame a Jimin para que te ayude? — negó y se apoyó en el pasamanos para bajar otro escalón, pero las piernas le fallaban. — ¿Cuánto bebiste? —

Se sentó de nuevo en los escalones, parpadeaba muy despacio y su cuerpo se inclinaba hacia el pasamanos.

— Jungkook, no puedes dormir aquí afuera, los vigilantes pasarán en un par de horas y te meterás en problemas. —

— Me iré... solo cinco... cinco... — abría su mano y extendía sus dedos, se refería a cinco minutos.

— ¿Quieres agua? — negó.

— Ya bebí... — se señaló.

— ¿Por eso estás mojado? ¿Cómo te la bebiste? — me sonrió, seguía parpadeando lentamente. A diferencia de la vez anterior, ese Jungkook frente a mí si se veía realmente ebrio. Su mirada parecía lejana. — Bueno, mientras estás aquí, te pondré un poco del ungüento que me recetaron, en los raspones de tu brazo. —

Iba a pasar por un lado de él, pero me tomó por la muñeca.

— Perdón. — lo miré un tanto confundida.

Summer Feelings [pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora