캠프 10

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El pelinegro no parecía molesto, continúo mirándome fijamente durante algunos segundos, esperando que le respondiera.

— Tengo que usar el baño. 

— Te espero, Hannah. 

De nuevo una mirada efímera entre los dos y deje el pórtico para ir directo al baño. No me apresure y después de un par de minutos estuve de nuevo afuera. Jungkook continuaba en el mismo lugar.

— ¿Quieres sentarte aquí? — señale los escalones, pero el negó.

— Vamos a otro lugar. 

— No. 

— Solo esta vez, no volveré a molestarte. 

— No estas molestándome, pero no tengo ganas de caminar, ni de ir a otro lugar. 

— Por favor. 

Revise mi celular, faltaban casi dos horas para la cena.

— Bien. — traté de no sonar fastidiada. — ¿A dónde vamos? — baje los escalones y llegue hasta él.

— Al claro sobre la colina. — no dije más, solo comencé a avanzar hacia el lugar donde hacíamos nuestras reuniones y durante los siguientes minutos que duró el recorrido, nos mantuvimos en silencio. Algunas veces, quise mirarle, pero solo seguí caminando junto a él.

Ya en el claro, Jungkook busco un lugar donde hubiera sombra y nos detuvimos ahí.

— ¿Quieres sentarte? — me preguntó, sus mejillas estaban enrojecidas por el calor.

— ¿Necesito sentarme para lo que me vas a decir? 

— No. 

— Entonces así estoy bien ¿de qué se trata? — Le hable tranquila, plante mis pies en el suelo y cruce mis brazos. Tomo aire y también se cruzó de brazos.

— Jimin hyung... Deberías saber que él... — hablo lentamente, parecía estar escogiendo sus palabras. Miró hacia el cielo como si eso le pudiera dar claridad, entonces suspiro. — No puedo hacer esto... — murmuró más para él, que para mí.

Mis cejas casi se juntaron al no comprender absolutamente nada de lo que estaba diciendo. Jungkook se veía contrariado y relajo sus brazos para apretar sus puños.

— Lo siento. — lo vi dar la media vuelta y comenzar a alejarse de mí.

Una mezcla de emociones se formó en lo más profundo de mis entrañas.

— ¿¡En serio!? ¡Me hiciste venir hasta acá! ¿LO SIENTO? ¿¡QUE DEMONIOS TE SUCEDE!? — No era el momento para llorar, sé que no lo era, pero me sentía tan enojada, que las estúpidas lagrimas llegaron de golpe. Odiaba sentirme así. Odiaba llorar con todo mi ser. — ¡ERES UN IMBECIL, JEON JUNGKOOK! — Traté de limpiar con rapidez las que bajaron por mi rostro y sorbí por la nariz.

Entonces lo vi volver, tan de prisa. Su expresión estaba llena de preocupación.

— Por favor, no llores, Hannah... no llores. 

¡Y me besó... envolviéndome con sus brazos, mientras me levantaba del suelo, sin el menor esfuerzo! ¡Como si fuera una muñeca!

Mis ojos estaban muy abiertos y no podía dejar de mirarlo, llena de confusión e hipando por el llanto. Mis brazos lánguidos a mis costados y mis pies en el aire me hicieron sentir diminuta. Jungkook, se separó de mi rostro, sentí la humedad de su beso en mis labios y me enfoqué en sus ojos castaños que miraban atentamente los míos.

— Jun... — pegó sus labios de nuevo a los míos y perdí los estribos. Corté el beso y comencé a gritarle que me soltara, pero el me apretó más contra su cuerpo.

Summer Feelings [pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora