캠프 20

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— ¿Qué? ¡No, espera a que vay... — le corté la llamada a Jimin y metí en una bolsa plástica el móvil, mi cepillo de dientes y un cambio de ropa.

Tomé el paraguas y caminé por el andador. El viento estaba tan fuerte que resultó imposible no mojarme, además luche porque no me arrebatara el paraguas de las manos. Casi llegando pise el fango y perdí una de mis sandalias, que se quedó atrapada en él, por lo que regrese sobre mis pasos. Escuché a Jimin llamándome y terminó corriendo hasta mí.

— ¡Lunita, entra! ¿Qué haces?

— ¡Mi sandalia! — seguí intentando sacarla, parecía haberse hundido. Para ese momento, ya estaba empapada y ni siquiera veía bien.

— ¡Olvídala! — y tiró de mi para llevarme adentro de su cabaña. Los dos comenzamos a dejar charcos de agua y fango en la entrada. — Dúchate o te enfermarás, yo me cambiaré. — me entregó una toalla.

Entré al baño y me quité la ropa, que exprimí en la ducha y colgué donde pude. Me apresuré a abrir el agua tibia para ducharme. Cuando salí, ya con la pijama que había llevado, Jimin se había cambiado e iba usando ropa seca y después entró al baño a colgar, lo que se había quitado. Me senté en su cama y tomé una de sus mantas para ponérmela sobre la espalda. Solo una pequeña lámpara alumbraba en una esquina, más era suficiente .

— ¿Aún sientes frío?

— No mucho. — respondí.

— Tú cabello sigue muy mojado, te ayudaré. — tomó la toalla. — Gírate, por favor. — Subí los pies en la cama y crucé las piernas, Jimin se sentó detrás de mi, muy cerca y me retiró la manta para comenzar a secarme los cabellos. — Creo que usaste el shampoo de Hoseok.

— Olía bien. — me reí.

— Ah... pues mi shampoo también huele bien...

— Venga, que si estuvieran marcados, hubiera usado el tuyo sin pensar.

— ¿De verdad?

— Sí, de verdad, yo supongo que lo que tengo muy presenté es tu perfume, no el aroma de tus cabellos.

— Tú hueles a cereza. Tú cabello siempre huele a cereza. — sonreí y Jimin continuó secando mis mechones con la toalla. — Voy a irme, Hannah.

Su voz sonó muy apagada y me giré en mi lugar, interrumpiendo lo que hacía, para mirarlo a la cara.

— ¿Al extranjero por lo de tú maestría? — pregunté. Ya lo había mencionado, lo recordaba y sabía que era una enorme posibilidad que se cumpliera. Jimin hizo a un lado la toalla y tomó una de mis manos. Su mirada se quedo en ella, mientras la acariciaba.

— Si y conforme pasan los días, se me acaba el tiempo. Ya no pude seguir aplazando mi admisión. — sus dedos tocaban los míos y seguía sin mirarme a los ojos. Inspiro con fuerza antes de seguir hablando. — Yo... no quiero que tú solo seas mi verano, Hannah y ahí es donde tengo la voz de Jungkook diciéndome que no debí acercarme a ti, si me iba a ir.

¿De eso se trataba todo?

— Jimin...

— No puedo pedirte que me esperes, pero quiero ser muy egoísta y hacerlo. Quiero pedirte que me esperes dos años enteros. — entonces levantó la vista de nuestras manos. — Lo siento, lo siento en verdad por quererlo, porque no es justo.

— Park Jimin, no solo soy tu verano, puedo ser la estación que tú quieras, así como tu serás una mía, si eso es posible en el futuro. — presione su mano cuando note como su mirada se llenaba de tristeza e hice el intento por sonreírle, haciendo a un lado las ganas de llorar. — Y no, no es justo para ninguno de los dos, porque estás a punto de alcanzar una de tus metas a un océano de distancia de Corea, en una ciudad nueva, en donde tendrás muchas experiencias y conocerás a muchas personas. Va a ser increíble y estoy muy feliz por lo que vas a lograr.

Summer Feelings [pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora