캠프 29

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— ¡Suéltala! — le gritó Jimin y el agarre de Sangmi se deshizo de inmediato. Me ardía el cuero cabelludo.

En cuanto pude girarme, me encontré la imagen de ella, que intentaba ocultar el rostro avergonzado, mirando hacia el suelo, con los hombros encogidos y las manos entrelazadas. El rubio se detuvo a mi lado.

— ¿Estás bien? — me preguntó, al tiempo que sus manos acariciaron mis cabellos, por la zona que antes había sido tirada con fuerza. Asentí lentamente. — ¿A ti que diablos te sucede? No vuelvas a acercarte a Hannah. — espetó Jimin, mirando a Sangmi con el ceño fruncido.

— Perdóname, Jimin-ah...

¿Qué?

— ¿Y por qué tendrías que disculparte conmigo? Con quien deberías hacerlo es con Hannah, era a ella a quien estabas maltratando.

Sangmi no apartaba la vista del suelo, lentamente su expresión cambio a una mueca de molestia y así pasaron segundos y más segundos, llenos de silencio.

— No tiene importancia. — dije al ver que la pelirroja no tenía intenciones de hablar, y la verdad es que ni me importaba. Apenas hice el amago de retirarme, cuando Jimin me tomó por el brazo para que no me moviera.

— ¿No vas a disculparte con Hannah? ¿En serio?

— J-jimin-ah... — lloriqueo como si fuera una niña, aún sin levantar la cabeza.

— Creo que ya te había dicho que usaras los honoríficos, no somos amigos y ciertamente, nunca lo seremos, Han Sangmi y ni pienses en volver a fastidiar a Hannah ¿Me escuchaste? No te acerques a nosotros. — Sin esperarlo, Jimin entrelazó nuestras manos para que lo siguiera, tirando lentamente de mi.

— ¡¡¡¡JIMIN-AH!!!! — la voz aguda y casi histérica a mis espaldas, resonó con fuerza. El rubio sin dejar de andar y sin soltar mi mano, volvió su rostro muy apenas, sobre su hombro.

— ¡PARK JIMIN! ¡No te lo diré de nuevo! — su mirada volvió al frente, entonces yo dirigí la vista hacia ella y le sonreí con malicia... todavía recuerdo como se le desencajó el rostro.

Continué avanzando junto a Jimin por el andador, no siendo muy consciente de eso, hasta que sentí su mirada sobre mi. Intenté apartar mi mano de la suya, más no me lo permitió.

— Vamos a hablar. — sonó tan serio, que tuve un mal presentimiento.

No le respondí, solo seguí caminando a su lado, dejándome llevar por todos esos puntos que conocía bien y que nos conducían hasta el claro del viejo cenador. El día no estaba tan soleado, había unos nubarrones que anunciaban que habría lluvia en algún momento del día. Al estar bajo el mismo árbol, en donde una vez dormimos abrazados, Jimin buscó un lugar para sentarse y me miró, esperando que lo imitara.

— Por favor, siéntate. — me pidió, al ver que solo permanecía observándolo en silencio. Acepte, ocupando un espacio a su lado, pero no tan cerca de él. — ¿Me explicas primero por qué te tenía por el cabello?

— Ah, eso... fue una extensión de algo que sucedió anoche, cuando decidí saltarme las reglas y terminé abofeteandola — Jimin me miró atónito. —El caso es que, tenía que desquitarse de alguna forma y eligió mi cabello.

— ¿Anoche saliste de tu cabaña? — asentí. — ¿Ibas a verme? — asentí de nuevo. — ¿Por qué no llegaste a verme después del ensayo?

— Por los guardias. — respondí.

— Mientes.

— Igual que tú... — me encogí de hombros. Se puso tenso, se le notaba por la forma en que sus labios se juntaban como si hiciera un pequeño puchero.

Summer Feelings [pjm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora