Capitulo 5-Enfance (a)normale

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Omnisciente.


Hoy no me voy a dormir para que al reloj no le pasen las horas,

Sonrisas por fuera aunque por dentro lloras,

Yo voy a quedarme y tú te vas a ir,

Que más te puedo decir,

Si el primer amor durará para siempre,

Sobrarán recuerdos faltará tenerte,

Dejas una historia en mí por escribir .



18 años antes.


Las gotas heladas de una gran tormenta caen por el cristal de la gran estructura del orfanato, la copa de los árboles zarandeaba al compás del viento y el llanto de una hermosa pequeña era el dolor de su acompañante.

Las gotas de sangre resbalaba de su frente cayendo sin pudor sobre su pálido rostro, los días sin comer le pasaban factura haciendo que cada vez se sintiera más y más cansada. El pequeño frente a ella apretaba a más no poder el sucio trapo en la herida, sin saber muy bien si eso funcionaria.

—Tienes que dejar de llorar o será peor— dijo con la voz temblorosa— Por favor Ava.

—E-es q-que ...due-duele — tartamudeo con vergüenza.

—Tú tartamudeo ha vuelto— dijo preocupado pero sin demostrarlo — Pero está bien, no tiene nada de malo tener una pequeña recaída.

Él sabía la importancia de hablar bien qué ella tenía, pero los nervios y los malos tratos de ese lugar a veces no ayudaban a que ella superara esa etapa. Aunque el le dijera mil y una vez que igualmente iba a estar orgulloso de ella con tan solo decir algunas frases sin tartamudear, ella era un hueso difícil de roer y no se daba por vencida, lo que estaba bien.

Los jadeos y sollozos no tardaron en escucharse en la profundidad de la noche, sus estómagos rugían por comida y ellos muy a su pesar trataban de no prestarle atención a eso que estaba pasando afuera. Era aterrador pero ellos fingían no escuchar nada de esas cosas. 

—Y-yo so-soy una tont-tonta —comunicó con pesar.

Y es que ella era todo lo malo, nadie la quería en ese lugar porque era una pequeña tonta que ni siquiera sabía hablar bien, que no sabía jugar y que con 5 años nadie la había querido adoptar por su problemas de aprendizaje. La lectura se le dificulta, el escribir y hablar, eso a ella la frustraba, le enojaba que las palabras no le salieran como lo practicaba cuando estaba a solas.

Las familias no adoptaban a niños mayores de 3 años, ya que según ellos -ya venían mal- y para su desgracia ella era mayor y con problemas, "todo lo malo" le habian dicho en su momento. Las negaciones, el desamor y la falta de empatía era otro de los factores para que Ava no pudiera progresar con su habla y eso hacia que su dependencia por el pequeño rubio se hiciera cada vez mas grande.

Por otro lado las peleas y Aiden iban de la mano, su rostro siempre con algún moretón y siempre su fiel compañera a su lado. A el ya no le interesaba irse de ese lugar,  ya que,  si pasaba tenia que dejar a su pequeña y eso era algo inaceptable para el. Por eso prefería esconderse con ella esos días que alguna familia llegaba al lugar. 

—No, no lo eres, simplemente tienes algunos problemas con tu habla pero eso no te hace tonta— negó con el ceño fruncido— Te hace más fuerte y valiente, ya que haces las cosas con más esfuerzo y eso... eso vale mucho bonita. 

El sangrado parecía haber desistido, y con sumo cuidado él retiró el trapo sucio de su frente, sabiendo que ella ya no quería hablar la ayudó a acostarse en el colchón desgarrado que reposaba en el piso de aquel lugar tan nauseabundo en el que habían sido encerrados por castigo. 

Con la lluvia y el cielo de testigo ellos se acurrucaron tratando de darse el mínimo calor posible, la noche era fría y más en ese lugar. Las suaves manos de ella se engancharon en las de él y sin palabras cerró sus ojos, tratando de que todo el pesar y dolor de su cuerpo terminara aunque sea por algunas horas.

Él no durmió, pocas veces eran las que él conseguía dormir estando con ella. El velaba por su sueño, por su comodidad y por su bienestar, aunque en ese lugar y con tan solo 6 años se le dificulta un poco más. 

—T-te qui-quiero Aiden— susurro con su voz somnolienta luego de algunos minutos de silencio.

—Yo también te quiero bonita— contesto tras un suave suspiro.

Los pequeños corazones latían con brusquedad dentro de sus pechos, quizá la inocencia no dejaba ver lo que eso significaba, quizá lo invisible a los ojos no dejaba ver ese hilo rojo que posaba en sus dedos y quizá nadie pensaba que ellos serían la prueba de amor... en un futuro.

Ellos se amaron, se amaban y se iban a amar porque así estaba escrito, así tenía que ser, aunque en el camino tuvieran más tristeza que felicidad.

Pero en su alma siempre vivirá su amor por el otro, el egoísmo y posesividad los acompañaría para siempre .

Ya que en este caso no había una sola bestia, había dos y harían lo que sea por estar justos.

Aunque eso significara traicionar a sus seres mas queridos. 



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El capitulo es cortito, pero es para que entiendan un poquito de ese pasado tan misterioso que tienen estos dos, lean con atención que hay pistas!!!. Espero que les guste y los disfruten. Nos estamos leyendo próximamente.

Pueden pasarse por mi Instagram que podrán ver cositas bastante chulassss.

Gracias por todoooo!!!

Mil besos.

—Lu🌙

L'ange De La Mort ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora