Aiden.
Te quiero para siempre,
Incluso cuando no estamos juntos,
Tengo tus cicatrices en mi cuerpo
así puedo llevarte a cualquier parte.
Conduzco al máximo por la carretera que me lleva a esa colina tan grabada en mi mente. Estar enojado conmigo es demasiado bajo para describir lo que siento, era tan obvio que reaccionaría así, que no se que se me cruzó por la mente al decir ir... o quizá si sabia.
Había quedado como un grandísimo idiota era obvio que su vida no se iba a parar por mi, por el maldito que destruyo su corazón y ahora ella tenía una hermosa familia. Tenía una niña tan hermosa y seguro un gran hombre como esposo. Uno que seguro era abogado o doctor y que sus padres amaban.
Pero era egoísta e idiota.
4 años antes.
Mi corazón latía desaforado contra mi pecho, esperaba que la suerte esté de mi lado para que todo el meticuloso plan salga favorable.
No era algo demasiado difícil de lograr, tenía que ser rápido y determinado. Sonaba demasiado sencillo pero no lo era.
—Saldrá mal... saldrá mal — murmuró la rubia— Iremos presos de por vida, o quizá moriremos y nadie sabrá nada...
—Nadie morirá— le dije susurrando— Si somos silenciosos lo lograremos.
Solo teníamos que saltar la reja, agarrar nuestra moto e irnos. Nada más y si contábamos que el guardia estaba dormido era más a nuestro favor.
—Todo esto es tu culpa, si no hubieras hecho esas absurdas maniobras nada de esto hubiera pasado— me dijo susurrando.
—Fue tu culpa, le dijiste "idiota" al policía— le recordé.
—No fue así...
—Si lo fue, literalmente dijiste "maldito idiota" en su cara — me reí.
—Es muy malo mentir Aiden...— golpeó mi brazo— Hagamos esto.
Junte mis dos manos para hacer un tipo de soporte para el cuerpo de Ava y así ella pudiera saltar la reja. Y gracias al cielo logró caer sin ningún ruido, pegue un salto agarrándome del último caño, pase una pierna y luego la otra, y me tiré.
Caminamos encumbrados atravesando los autos que había hasta dar con mi moto. Estaba ahí, sola y esperando a su dueño.
Creí llorar al deslizar mi mano por el asiento negro de cuero , los recuerdos golpeaban contra mi mente como si fuera un padre que se reencuentra con su hijo luego de años. La primera vez que la prendí, la primera caída, la primera vez que subió ella, la primera vez que...
—No me digas que lloraras— se burló mi novia— ¿No lo harás verdad? — se carcajeó tan fuerte.
—¡¿Quién anda ahí?!
Joder, joder, joder.
Tire de la mano de Ava para que se suba a la moto, una vez listos arranque rápidamente. Pero había un problema, un jodido problema y era... No había una salida.
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L'ange De La Mort ©
Romance"Toda su vida habían vivido entre la maldad y el dolor de un mundo injusto, y eso fue hasta el momento que sus mentes tuvieron un poco de conciencia, desde ese momento fueron el pilar del otro, la fuerza y la valentía, el dolor y el amor, la humild...