Capitulo 10-Mon bel ange

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Aiden.

Ella está fuera de su cabeza,

y yo fuera de mi mente.

Tenemos ese amor,

ese tipo de amor loco.

Yo soy suyo y ella es mia,

Al final es ella y yo,

Ella y yo.

5 años antes.

Sentía la ira subir por todo mi torrente sanguíneo con demasiada rapidez, ella estaba rígida como un papel, no parpadea y se notaba a leguas su postura en esta pelea, no era algo que dejaría pasar, no luego de ese comentario, mi comentario.

Mis manos se fruncen ante su amenaza, las llaves caen al frío suelo y automáticamente tiro mis cosas, ella tira la silla demasiado enojada, da pasos hasta quedar frente a mi con la cara roja de ira o del llanto, toma mi celular y lo estrella contra la pared haciéndolo trizas en el proceso.

—¡No quiero oírte más! — grita— Me tienen harta tus estúpidas peleas, estoy cansada de siempre esperarte, ¡me tienes cansada!.

—Tú me tienes cansado a mi con tu estúpido amigo — tiró las cosas de la mesa— ¡No quiero verlo aquí nunca más! ¡¿Oíste?!

Su llanto me enloquecía, las absurdas peleas y sus dudas me tenían a punto de explotar. Mi puño se estrelló contra la pared haciendo que las gotas de sangre caigan en todo el suelo de madera, pero no duele, tomo mis cosas y me dirijo hasta la puerta de salida.

—Me estaba ayudando con un trabajo— murmura— Pero no lo entiendes ¡es solo un amigo Aiden!, pero...

—¡No me interesa que es!— la encaró poniéndome cara a cara— Él te quiere a ti, y no voy a permitirlo.

Nuestras miradas se conectaron por unos segundos, la ira y el dolor por todo esto está tan claro en nuestras facciones, el pecho me duele al saber hasta dónde hemos llegado y sus ojos lagrimean hasta susurrar esas palabras tan... hirientes.

—Vete...— su cuerpo se aleja del mío— No quiero verte, no así.

Salgo por la puerta cerrándola de un portazo, ella se queda ahí, sola y llorando por alguien como yo.

Los días, las horas y los minutos no ayudaban a la gran angustia que se había clavado en mi pecho, sus palabras se habían grabado en mi memoria, en mi piel y en el corazón. Nada podía cambiar el dolor que tenía.

"No es tu hija"

"¿pensabas que iba a parar mi vida por ti?"

Me dolía y sabía que era eso lo que ella buscaba, lastimarme como yo lo hice aquella vez. ¿Lo merecía? quizá. Lo único que tenía claro era que no podía quedarme de brazos cruzados, tenía que recuperarla, como sea y sin dudas sacaría a cualquier hombre que esté a su lado ahora.

Trato de enfocarme lo más que puedo en cualquier cosa, lavo, cocino y llamó a Mateo, Charlotte y Ethan para que vengan a comer y poder distraerme de toda la mierda que tengo encima.

Ellos a través de los años han sabido como llevarme a estar mejor, luego de que Ava me dejará había caído en una profunda tristeza, los días los pasaba encerrado y las noches en peleas, muchas peleas, rodeado de sangre y gritos. Nada me llenaba y sin duda no hacía más que destruirme, es ahí donde ellos literalmente dijeron basta y me sacaron de eso, me arrastraron al club donde entrenaba John Gardner uno de los mejores boxeadores de la historia y casi sin saberlo me había otorgado más de un título e infinidad de oportunidad para mí futuro.

L'ange De La Mort ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora