Capítulo 8- Une vie maudite

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Omnisciente.

Mamá dijo que iba a estar bien,


Pero mamá no sabe lo que es en mi mente,


Mamá dijo que el sol va a brillar,


Pero mamá no sabe lo que es querer morir.


7/8 años antes.


Las máquinas y el ruido de los pasos era algo lógico en un hospital, algo que para los médicos tenía a ser peculiar y hasta familiar. Los rayos de sol se asomaban por los ventanales de la UCI anunciando un nuevo día.

Una muchacha de 16 casi 17 años luchaba con uñas y dientes contra su muerte inminente, una contusión grave en la cabeza, varias costillas quebradas, una rodilla quebrada, la cara desfigurada e ingresada a estado de coma tras perder demasiada sangre, eso era como se encontraba la menor de los Bécquer.

Su familia aguardaba en los pasillos esperando aunque sea un milagro para su pequeña, todos sabían que esto era solo cuestión de tiempo, sabían que hacía tiempo Ava estaba mal encaminada por los demonios del pasado.

Quizá no fue lo suficientemente fuerte para superarlo, quizá su salvación llegó demasiado tarde o quizá su pasado era realmente terrorífico.

Nadie de los presentes en ese hospital podían creer como una de las hijas de los mejores médicos en el país podía estar en ese estado, ya que para sus ojos esa niña tenía el futuro ganado, un futuro lleno de logros y triunfos de la mano de la medicina. No entendían qué había pasado para que alguien con ese estatus estuviera tan mal encaminado, consumida por el alcohol y la depresión.

Una pareja de ancianos preocupados por la salud de su nieta, uno más preocupado que otro que fingía solo por el hecho de no quedar mal ante la gente. Benoit estaba que trepaba las paredes al no recibir noticias de su nieta, la única que según él, lo amaba de verdad, con tanta inocencia y confianza que se ganó su corazón desde el día que cruzó la puerta de su casa, tan solo con un vestido azul pastel, colitas a los lados y un conejo en su brazo.

El no entendía cómo su hijo y su nuera no habían parado esto a tiempo, como no tomaron medidas estrictas ante estos acontecimientos. Ahora por su incompetencia como padres podrían perder a su hija y el a su nieta más adorada.

Las semanas pasaron y a la tercera ella despertó, lo malo fue que su memoria se había ido, no recordaba nada de su vida ni de las personas que la componían.

Arnold tomó la palabra tras escuchar el diagnóstico del médico— No le diremos nada de lo que pasó, diremos que conducía de la escuela a casa y un hombre alcoholizado la chocó, nadie, escuchen bien, nadie le dirá de su problema con el alcohol o que ella fue adoptada— su voz era determinada.

—No podemos mentirle papá, en algún momento su memoria volverá — le rogó su hija mayor.

—No, le diremos lo justo y necesario, no pienso volver a perder a mi hija por esos mal nacidos. ¡No lo haré! — grito colérico.— Hicieron la vida de esos niños un infierno, entre ellas mi pequeña, esto es una oportunidad para que pueda vivir tranquila, sin miedo y sin ataduras en el pasado.

—Hijo no podemos mentirle así— argumentó el hombre mayor.

—¿Qué más da si le mienten o no? Es sólo una bastarda, le das la mano y te agarran el codo. Solo miren— señaló Chanel Bécquer.

—Cállate, no tienes ningún derecho para hablar de mi hija— desafío Alice.

—Tengo el derecho desde que el estatus de esta familia se fue por la borda al aceptarte como mujer de mi hijo y que encima trajeras a una bastarda con padres drogadictos — habló la mujer.

—No te metas en mi familia Chanel, de mi di lo que quieras pero no te atrevas a hablar de mis hijas porque te juro que te mato— la apuntó con el dedo— Nadie te necesita aquí así que vete antes que llame a seguridad y haga un escándalo.

Nadie estaba sorprendido ante las palabras, Alice era una mujer tranquila, educada y llena de amor, pero como todos, tenía un punto débil y ese era su familia.

Chanel se alejó del lugar yendo a la cafetería con un enojado marido pisándole los talones. La familia nuevamente quedó sola en los pasillos, Angéle no podía creer nada de lo que estaba pasando, la culpa la carcomía por dentro, ya que según ella no había cuidado a su hermana como lo tendría que haber hecho. La culpa y la angustia la llevaron a desplomarse contra las butacas del hospital. Alice y Arnold estaban abrazados tratando -inútilmente- de darse un poco de paz.

—¿Avisaste a tus padres ?— le recordó su marido.

—No, me he olvidado con tanto caos— le dije alejándose un poco— Les informaré ahora.

—Alice... sabes que es lo mejor ¿verdad?— le dijo con duda.

—Si...— le respondió — En un segundo vuelvo.

Todos estaban sumergidos en sus pensamientos, la culpa de lo que le había pasado a Ava no se iba, y sin más todos decidieron que lo mejor era -según ellos- no traer el pasado al presente y quizá lograr que Ava tenga una vida tranquila.

Lo que nadie sabía es que nada sale como uno quiere, que el futuro ya está escrito y que los secretos, siempre ... siempre salen a la luz. 


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JAJAJJJAAJJAJ no me mate. Al ser tan cortito este cap. va a haber otra actualización en unos días, no se desesperen. 

Mil besos.

-Lu.🌙

L'ange De La Mort ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora