Capítulo 25- La pomme interdite

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Ava.

Porque cuando le pedí al cielo

que mandará un ángel me llevó hasta ti

Y antes de pensar en alguien, 

pienso en ti primero

 incluso antes de mí.



Mi cabeza cuelga hacia atrás perdiéndose en los símbolos abstractos del techo de mis padres, sus regaños me tienen sin cuidado desde temprana edad pero ahora mismo mi cabeza parece querer explotar de tantas cosas que salen de sus bocas. Alma reposa sobre mi pecho totalmente dormida pienso que es mi momento perfecto para escapar pero...

—Ava cariño ¿cómo se te ocurre hacer semejante cosa?— los ojos castaños de mi padre me enfrentan— ¿Es que no piensas en tu hija?¿cómo vas a llevar a Alma a verlo?

Suspiro ruidosamente, no se muy bien cómo se enteraron de eso pero no pongo en duda de que Alma lo haya nombrado sin querer al fin y al cabo es tan solo una bebé. Ya ha pasado antes pero siempre estuve ahí para salvar el secreto pero esta vez... esta vez no llegué a tiempo haciendo que elaborará una rara "verdad" para mis padres. 

¿Que más podía hacer? ¿Decirles la verdad? No lo creo.

Solamente les dije que era su derecho conocer a su hija y que no podían discutir sobre eso, creo que la parte de no pueden discutir, no la escucharon. 

—Papá, estoy pensando en ella por esa razón no estoy negando que vea a su padre por errores de nosotros— suspire por enésima vez y mi madre solo nos miraba como siempre— Mira, se que es algo difícil de digerir pero las decisiones las toma Aiden o yo respecto a la vida de mi hija, nadie más. 

—Estás cometiendo un grave error Ava, espero que lo sepas— gire mis ojos ante la exageración de este hombre— No entiendo como puedes seguir confiando en él. 

—Nunca lo harás, no lo hiciste en su momento, no lo harás ahora que tengo 2 hijos con él...—cerré mi boca de golpe—Maldita sea. 

—No puede ser, ¡Tienes que estar bromeando! —mi madre finalmente trato de calmarlo mientras que yo solo miraba desde mi lugar sin moverme—El, el se fue Ava, te traiciono. Nosotros siempre estuvimos... estamos para ti ¿y así nos pagas? yendote a revolcar con él nuevamente.

—Cállate, no sabes de lo que hablas— murmuré apretando la mandíbula tratando de no mandarlo a la mismísima mierda.

—Arnold cálmate, deja a la niña hablar— mi madre como siempre tratando inútilmente de mantener la cordura ante nuestras infinitas peleas.

Desde que tengo algo de memoria he chocado con mi padre, nunca estuvo de acuerdo conmigo, nunca me apoyó o intentó hacerlo. Siempre queriendo que seamos princesas bien portadas con Angéle lo logró haciendo que sea una mujer hecha y derecha bajo su mando, casándose con una buena mujer y a punto de formar una familia todo como lo dictó el, conmigo sin embargo, sacó canas verdes, siempre un problema, una rebeldía o cualquier cosa que se me cruzara por la cabeza con 15 años. 

Quizá tenía razón su madre, Chanel, al decir que siempre sería una desviada, una bastarda sin un deje de clase o amabilidad, pero eso nunca me importo, no tengo porque besar sus pies por haberme adoptado, nunca fue su idea, fue de mi madre, el solo acepto por hacerla feliz, supongo. 

—Todo ¡Todo hemos hecho por ti! , desde tu absurda idea de irte a vivir con tus abuelos hasta aceptar tu embarazo de un maldito delincuente — su dedo nunca deja de señalarme— Y ahora cometes el mismo error, nuevamente embarazada de él, ¿es que no aprendes? 

L'ange De La Mort ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora