Capitulo 29- Dernière ligne droite

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Por la forma en que hacemos el amor

me sacas las dudas

               Por la forma en la que estás mordiendo  mi labio

sacas a la locura de mi cerebro.


Ava.

Mis ojos se fijaron en el espejo retrovisor mientras mis pies pisaban el acelerador, sin dudarlo giré el volante hacia la derecha haciendo una maniobra bastante arriesgada contando que no puse ni las balizas. Aiden no estaba con nosotras y eso me ponía más nerviosa. Mire nuevamente hacia atrás y respire aliviada por menos de un segundo cuando lo volví a ver.

—Mierda— golpeé el volante antes de mirar a Alma— Alma — mi hija levantó la vista de su tablet y me miró atenta— Recuéstate aquí bebe— tirando el haciendo hacia atrás lo señalé.

Bueno mami — con cuidado y como le habíamos enseñado,salió de su silla e hizo lo que le dije.

—Perfecto princesa, ahora no te levantes de allí ¿okey?— maldiciendo por dentro volví a girar dos veces más en diferentes calles pero ahora los teníamos más a un auto de distancia.

Sabía que esto en algún momento iba a pasar, me arrepentía de que sea justo en este momento por tener a Alma aquí, hacía varios días que había visto autos de diferentes modelos seguirnos y no había comentado nada, tenía mucho que perder si enfrentaba eso pero hoy, realmente tenía que salir como lo había pensado y se ve que eso no pasaría.

Estaba un poco asustada, no sabía qué era lo que buscaban siguiéndonos, no habían intentado nada hasta ahora pero quizá hoy era el día que lo hicieran, y estaba con mi hija y eso era un problema grande como una casa.

Tengo que perderlos ya, gritó mi mente.

El miedo y la adrenalina hicieron que mi auto pasara por huecos inimaginables, cuatro vueltas, cinco calles y estábamos nuevamente en la avenida que veníamos minutos antes. Manejando completamente en zigzag y poniéndonos en riesgo de un choque respire hondo.

Mi corazón iba demasiado rápido para mi bien una vez estacione en la puerta de la casa de mi hermana, sin apagar el auto saque algo de la guantera y baje rápidamente, miré hacia todos lados tratando de ver el mismo auto pero no estaba. Tire de la puerta y saque a Alma, casi corriendo llegue a la puerta tocando frenéticamente.

Mi hermana abrió la puerta con la cara totalmente desencajada y tiró de mi hija hacia su regazo rápidamente.

—Cuídala y no salgan a ningún lado, por favor— empuje a mi hermana dentro de la casa— Te explicaré luego.

Una vez en el auto salí haciendo chillar las llantas, esto tenía que terminar de una vez, por él bien de Aiden, de Alma, del pequeñx que crecía en mí barriga y por mi, no podía atrasar esto 4 años más, no podía pasar por eso nuevamente.

El reloj de la suerte estaba llegando a su fin...

10 años antes.

Tenía miedo de que mis dedos se rompieran por la fuerza que estaba poniendo al sostener la mano de Angéle. Estaba tan nerviosa y toda temblando por lo que había sucedido, ella por otro lado estaba un poco orgullosa.

Los ojos oscuros del director Leroy nos miraba a las tres fijamente, se podría decir que salía humo de sus orejas por el enojo que tendría. El nudo en mi garganta dolía por no dejarlo salir y sentía el ardor en mis ojos tras tragar repetidamente las lágrimas que querían salir, esta no era la mejor situación y odiaba que Angéle pasara por esto por mi culpa, por no ser fuerte y defenderme sola y por ser tan tonta que siempre se metían conmigo. Ahora mi madre se vería en problemas por tener que dejar el hospital para venir aquí por lo que habíamos hecho y eso nos metería en un problema más de la lista.

L'ange De La Mort ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora