AUSTIN
Los días pasaban a gran velocidad, y aunque todavía quedaba mucho verano, septiembre se veía cada vez más cerca.
Una parte de mí, la egoísta, quería que Ashley eligiera Berkeley, para poder estar con ella. Pero era su decisión. Y no me entrometería en eso. Ya había pasado algo de tiempo desde el finde semana en Los Ángeles, aquel finde caótico en el que Jayden apareció, pero que había acabado con Ashley y yo acostándonos. No habíamos vuelto a hablar expresamente de eso desde entonces, pero sí que había cambiado algo entre nosotros. En mi opinión, para bien, pero a veces la notaba algo rara. Como...¿arrepentida?
No estaba seguro. Los dos habíamos optado por hacer cómo si eso no hubiera pasado, aunque honestamente, sabía que en algún momento íbamos a tener que hablar de ello. Además, no podía controlarme cuando ella estaba cerca. Sentía ganas de abrazarla, besarla de nuevo, o simplemente estar con ella.
Descubrí una versión de mí mismo bastante agradable cuando estoy con ella. Aunque, sabía que no podía ser. Tampoco era que buscara una relación. O de eso me intentaba convencer. Y tampoco sabía si era posible conectar así con alguien en tan poco tiempo.
En el grupo las cosas también estaban un poco bastante tensas. Peter me hablaba para lo justo, y todo relacionado con: Ashley, Jayden, Ashley, Jayden. Estaba harto de eso. Le entendía, porque la aparición de Jayden a mí también me había dejado descolocado, pero empezaba a estar paranoico. Estaba harto de Jayden, sólo quería olvidarme de él y que se pudriera en la cárcel como se merecía.
Sarah me miraba raro por alguna extraña razón que no lograba comprender. Y bueno, al menos Mark me quería.
Me dirigía a casa de mi padre con la tabla a cuestas después de un día entre las olas para despejar la mente. Bueno, a mi casa, pero la verdad es que desde que murió mi hermana y mi madre se fue a otra ciudad, no la sentía plenamente como mi casa. Pero lo que vi cuando entré me dejó totalmente perplejo. Mejor dicho, a quien vi.
Estaban mi padre y la madre de Ashley, Jennifer, sentados en el sofá. Y de verdad que hubiera preferido encontrármelos metiéndose mano. Estaban serios, con el ceño fruncido, y a Jennifer le brotaban lágrimas de los ojos. Me temí lo peor.
Y acerté.
En cuanto me oyeron llegar, se giraron para mirarme.
-Austin, hijo, ven. Siéntate.- me ordenó mi padre.
No le hice caso. No estaba yo para sentarme.
-¿Qué pasa, papá?- inquirí, aunque una parte de mí ya lo sabía.
-Austin, sé quien eres. Lo supe desde que te vi por primera vez. Tu cara no se me olvidaría.- constató Jennifer.
Tragué saliva.
-¿Qué...?
-Es ella, Austin.- afirmó mi padre.
No. No podía ser.
-Pero...-no me salían las palabras.- Es, es...imposible. No, no. Es imposible. Sería...
-Una enorme y horrible casualidad, sí. Pero es así. He estado hablando con Jennifer.
-¿Estáis seguros?- pregunté, tenso.
-Sí. Te recuerdo. Y sé que tú a mí. - aseguró Jennifer.
Sentí una opresión en el pecho. La foto de Ashley con su padre...No quería admitirlo, pero todo encajó.
-¿Está aquí él?- preguntó Jennifer, con lágrimas en los ojos. No hacía falta que lo nombrara para saber a quien se refería.
ESTÁS LEYENDO
INEFABLE
Подростковая литература[TERMINADA] La vida de Ashley Cooper cambió para siempre el día que su padre murió en un accidente de coche. Desde entonces, nada parecía importar ya. Ashley estaba a punto de darse por vencida cuando le conoció a él. Un verano. Tres meses. Dos pe...