ASHLEY
Habían pasado cinco días desde mi cumpleaños.
Cinco días en los que no había hablado absolutamente nada con Austin. Y tampoco quería.
Quería creerle, y confiaba en él, pero ni me atrevía a mirarle a la cara. Él me llamaba, llamaba a mi puerta, y hacía de todo por contactar conmigo, pero no había manera. No quería verle.
Mi madre insistía en que lo hablara, en que dejara que se explicara mejor, pero en esos momentos, no quería saber nada de él.
Y mucho menos de Sarah. Me dolía pensar que uno de los dos era el que realmente se había lanzado.
No quería aceptar que tal vez fue Sarah y Austin tenga razón, ya que todo este tiempo con ella habría sido una farsa y nunca llegó a ser mi amiga.
Eso me partiría el alma.
Pero ni mucho menos quería pensar que tal vez Sarah tuviera razón, porque eso significaría perder al chico del que estaba enamorada y darme cuenta de que había vivido en una mentira.
Di una última vuelta en la cama. No había podido dormir en toda la noche, porque sabía perfectamente que ya había llegado el día. Septiembre ya nos había dado la bienvenida, y eso significaba que el verano oficialmente había acabado.
Hoy tenía que coger un avión para ir hacia la nueva etapa de mi vida, la universidad en Nueva York.
Finalmente, me levanté de la cama. Me aseé y me puse la ropa que había dejado para hoy. Hice la cama y se me escapó una media sonrisa de mucha nostalgia al observar la habitación en la que había pasado los últimos tres meses.
Ahora estaba vacía y con las maletas hasta los topes al lado.
También se me escapó una lágrima al recordar el primer día que vinimos. Recuerdo que estaba amargada por tener que pasar el verano aquí, y pensaba que nunca me acostumbraría a esta casa.
Si le hubieran dicho a la Ashley de ese entonces todo lo que se le venía encima...
Aunque el verano hubiera acabado así, no cambiaría nada.
Salí a la cocina. Mamá estaba sentada con una taza de café y una amable sonrisa se formó en su rostro cuando me vio. Antes de este verano, me era imposible imaginar convivir tanto con mi madre sin pelearnos cada dos por tres, o llegar a tener tanta confianza con ella.
Ahora, no quería separarme de ella. La iba a echar mucho de menos. Me daba pena que se quedara en una casa así de grande ella sola todo un año, pero me tranquilizó diciéndome que entre el trabajo, que quedará con amigos, y que incluso vendrán los abuelos, casi no iba a estar sola. Incluso hasta acaba saliendo con Andrew.
-¿Lista para ir al aeropuerto?
Suspiré, y asentí, secándome las lágrimas.
Me estaba montando en el taxi que nos llevaría al aeropuerto mientras mamá metía las maletas, cuando una voz masculina gritó mi nombre. Era Peter. Iba acompañado de Mark y Kate. Fui hacia ellos y los estreché entre mis brazos, en orden.
-Te voy a echar de menos. Mucha suerte en todo lo que hagas este año, eres especial, Peter. Y te mereces lo mejor.- le sonreí.
-Yo también te echaré de menos. Has sido mi mejor amiga, y la única que me comprende en este grupo de hiperactivos.
Me reí.
Abracé a Mark.
-Cuídate mucho.- murmuré.

ESTÁS LEYENDO
INEFABLE
Ficțiune adolescenți[TERMINADA] La vida de Ashley Cooper cambió para siempre el día que su padre murió en un accidente de coche. Desde entonces, nada parecía importar ya. Ashley estaba a punto de darse por vencida cuando le conoció a él. Un verano. Tres meses. Dos pe...