INEFABLE

32.

2/2 mini maratón :))

AUSTIN

Me eché mucha colonia a la vez que me colocaba un par de anillos en los dedos. 

No tenía ni idea de adónde me pensaba llevar Ashley, y si iba a ser en plan formal o informal. En el pueblo estaba el barrio de la gente más rica, donde se encontraba la casa de Sarah y restaurantes o discotecas de más lujo. 

Pero sinceramente, prefería el otro barrio, con restaurantes más modestos y acogedores aptos para todos los bolsillos.

Me llevara adónde me llevara, lo iba a pasar en grande. La sola presencia de Ash ya hacía que me olvidara del mundo. 

Opté por ponerme unos pantalones negros y una camisa blanca. Simple pero elegante. Me revolví el pelo porque no soportaba llevarlo bien peinado. 

Honestamente, estaba un poco nervioso. A ver, durante todo el verano habíamos hecho infinidad de planes juntos, pero esta era la primera cita más formal, por decirlo así.

Eché una ojeada por mi ventana a ver si veía a Ashley, pero la luz apagada de su habitación me indicó que ya había salido.

Me despedí de mi padre y Skeetels, y salí por la puerta. Ashley estaba en mi porche, esperando. La cara de tonto que se me puso al verla debió ser monumental. 

Mira que Ash me parecía la chica más guapa tan solo con una camiseta de estar por casa y sin maquillar, pero joder, tuve que apartar la vista de ella después de flipar en colores durante unos segundos. 

Se había maquillado, aunque no demasiado, y se había planchado el pelo, dejándoselo suelto. Llevaba un vestido negro corto que se ceñía de lujo a su cintura, resaltando sus curvas. Era de tirante fino, no demasiado pegado al cuerpo, con un pequeño escote en forma de V. También pude ver que tenía la espalda descubierta. 

-Estás...mhm...guao. Estás increíble.- me acerqué a ella.

-Gracias, Austin. Tú también.

Me agarró de la nuca para depositar un suave beso en mis labios. Se había puesto un poco de plataforma y era de mi altura.

-Tengo que decirte algo. Va a quedar fatal, porque la que invito soy yo pero...necesitamos tu coche para ir. 

Solté una carcajada.

-Ya me lo imaginaba.- saqué las llaves del bolsillo, mostrándoselas.- Pero me tienes que decir nuestro destino, digo yo. 

-Ya lo verás. Te daré indicaciones. 

Nos subimos al coche, yo conduciendo y ella a mi lado. Puso una canción, y me estuvo contando que era de sus favoritas y que había ido al concierto de ese grupo. 

Ella miraba por la ventana, canturreando mientras me indicaba, y yo la miraba a ella de vez en cuando. 

Joder.

Era perfecta. 

-¡Es éste! ¡Para! 

Era un pequeño restaurante alejado del pueblo. Tenía una terraza con un par de mesas, y tiras de lucecitas la iluminaban. Había música de fondo y era realmente bonito. 

-¿Aquí me traes, señorita Cooper?- inquirí.

Ella se agarró de mi brazo y asintió, mirándome y esbozando media sonrisa.

Fue a hablar con un camarero.

-¡Hola! Hice una reserva esta tarde para dos, para las ocho y media. A nombre de Ashley. Ashley Cooper.- murmuró.