18.

258 12 4
                                    

AUSTIN.

-¡Austin, joder, cálmate! Te he dicho que no es seguro que esté aquí.- me explicó Peter, que al parecer estaba muy tranquilo, sentado en su cama. Yo, por el contrario, no estaba nada tranquilo ahora, es más, estaba perdiendo los nervios.

No quería verle. No le veía desde el mes de febrero, y la cosa no acabó muy bien. Y ahora que sabía con más certeza...eso, no respondía ante mis actos si le veía esa noche. Peter y yo habíamos estado hablando, y él coincidió en que debía hablar con mi padre en cuanto llegáramos a casa. 

-No puede venir. La va a reconocer, Peter. 

-No lo hará. A nosotros nos costó mucho. Y recuerda que aún no sabemos con exactitud si es ella. 

-Voy a fumarme un cigarro.- expuse, y salí a la terraza, con el pelo aún mojado de la ducha que me acababa de dar. Poco más tarde, Peter se me unió.

-Yo tampoco quiero verle.- afirmó.

-Ni tú ni nadie. Jayden siembra el caos allá donde va. No sé cómo pudimos ir detrás de él durante tanto tiempo. 

-Estábamos...perdidos, no sé. Lo importante es que eso se acabó. ¿Me das?- me pidió, señalando el cigarrillo.

-¿Tú fumas?- inquirí. 

-No, ¿y tú?

-Tampoco, pero siempre tengo alguno por si acaso.- se lo pasé y le dio una calada.- Esta mierda es adictiva.- lo tiré a una papelera. 

-Será mejor que nos preparemos ya para la fiesta esa. Va a ir muchísima gente al parecer. 

-No me importa ni la mitad de la gente que vaya, Peter. 

-¿Y ella?- se puso serio y me miró.

-¿Qué?- me volví y le miré extrañado. 

-Ashley. ¿Ella te importa?- su pregunta me dejó pensativo por unos segundos. ¿Por qué me preguntaba sobre ella ahora?

-Sí, me importa, Peter. Por eso me preocupa tanto que todo el asunto de Jayden resurja de nuevo. 

-¿Te gusta? 

No supe que responder...¿Me gustaba Ashley? A ver, me gustaba estar con ella, me hacía reír y me sacaba una sonrisa cada vez que ella se reía y su expresión cambiaba. Me gustaba hacerla sentir bien, cómoda. 

-Tu silencio es respuesta suficiente. Es especial, Austin. No se merece que nadie juegue con ella o con sus sentimientos. 

-¿A qué viene...?- me pasé una mano por el pelo, confundido.- ¿Por qué me dices eso, Peter?

-Creo que lo sabes bien.- me dijo, y se metió en la ducha, dejándome hecho un mar de dudas. 


Habíamos quedado con las chicas en la playa, ya que se estaban terminando de preparar. En la playa había muchísima gente, bebiendo, comiendo, y con música a tope. Eran de dieciocho años  y hasta algunos de veintitantos. Reconocí a varios de la universidad. Peter se fue por su lado ya que vio a algunos amigos, y yo me serví una copa de unas mesas donde estaba todo. 

Tardé poco en divisar un atractivo rostro conocido. Hailey me saludó con la mano mientras se acercaba hacia mi. Iba con unos shorts negros con cinturón, y un top blanco que le sentaba como un guante. 

-Hola, Austin.- me saludó, al mismo tiempo que cogía algo de beber.- Estás muy guapo. 

-Bah. Lo mismo de siempre.- alardeé, y solté una risa al final.- Tu también.

INEFABLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora