ProsciuttoXReader

~Amor~

Primera parte: Sindy, la muñeca.

¿A quién no le rompe el corazón ver a una pobre mujer llorar? Mi tía, quién muchos años desde que abandone su casa fue para mí una mujer de carácter duro.

Recuerdo un día cuando era pequeña en especial...

Mi lady había tenido que viajar para ver a su amiga en Italia. No tenía confianza en la seguridad de los hoteles por allá así que no me llevo consigo.

Optó por dejarme en casa de su hermana mayor.

Había llegado feliz con mi mochila y unas cuantas prendas en ella. También mi muñeca Sindy; una bella muñeca de porcelana y cabellos hechos con hilo tan fino y brillante que parecían hechos de oro.

La solía vestir con vestidos lindos los cuales tenían adornos florales, telas tan suaves hechas solo de algodón.

Cepillaba sus cabellos con mi propio cepillo. La peinaba y después de arreglarla la veía atenta. Me prometía a mi misma que cuando fuera grande sería igual a mi muñeca.

Penosamente debía aceptar que era una muñeca ridículamente cara. Fue un regalo hecho claro por My lady; hecha de la mejor porcelana, de los hilos más caros y telas más finas pedidas y hechas a mano por un diseñador amigo.

Mi lady no tenía problemas monetarios claro estaba, y solía hacer ese tipo de regalos caros.

Y aún así yo veía a mi muñeca como mi mejor amiga, ni siquiera sabía del valor monetario que tenía. Hecha de trapos o de telas finas, una niña nunca se fija en eso.

Un día en que después de 3 fuertes golpes con regla en mis manos, mi tía había visto que por fin había aprendido el abecedario. Me dejó salir a jugar por el campo.

Pase casi toda la tarde jugando con mi muñeca, pero era una niña criada en ciudad. Jugaba sin darme cuenta de lo que me rodeaba, pise mal y terminé cayendo unos cuantos metros al desnivel de la colina.

Termine con mi cara completamente sucia y mi vestido celeste desgastado y manchado. Pero, lo que me había hecho estallar en llanto fue ver a Sindy hecha pedazos.

La había roto, había roto a mi mejor amiga.

Era una niña de 4 años, era normal que en ese momento, mi pequeño mundo se cayera. Lloraba como loca, me sentía la persona más desdichada.

Llegue a casa de mi tía con el rostro cubierto de tierra, las rodillas raspadas, mi vestido celeste arruinado y en mis manos sostenía a pedazos el rostro de Sindy.

Entre lloriqueando, mi tía obviamente fue corriendo hasta a mí.

Pero cuando creí que me abrazaría, comenzó a regañarme. Por haberme ensuciado y por haber llegado más tarde a casa.

-Deja de llorar.

Era lo que solo me repetía.

Pero yo no podía parar ¿Acaso me culparán? A esa edad quién no fuera así de dramática siemplemente no era en verdad un niño.

Intentaba decir que me ayudara con mi muñeca pero a ella no le importaba eso, me repetía lo mal educada que era, lo fea que me veía llorando.

Comenzó a elevar su tono de voz y yo simplemente no podía parar de lloriquear.

Hasta que sucedió.

Me dió una bofetada en la cara. Sentí mi mejilla entumecida. La veía con un rostro sorprendido y asustado. Era la primera vez que alguien me llamaba la atención así.