~Caida en picada~

317 37 41
                                        

Al verlo lo supe, nunca me había dedicado esa mirada de decepción y enojo.

¿y qué podía decir? Fue un impulso, no me encontraba a mi misma.

Se sentó. El bochorno y tal vez miedo me hizo bajar la vista para juguetear con las sábanas.

Unos diez segundos, o quizás mas, sin decir nada. Al menos yo no tenía nada que decir. Más bien excusar. Pero un largo suspiro de enojo acompañado con un "mirame" me hizo sin tener alternativa levantar mi vista.

Ahí me topé esos ojos azul profundo juzgarme. Mientras de brazos cruzados guardaba la compostura.

Me miró de lado a lado deteniéndose en mi cara. Era una rara expresión la que puso al verme, un conjunto de muchos sentimientos; frustración, decepción, enojo, tristeza...

- No me mires así...- le dije apenada pues no podía tolerar verle así. Que me mire así.

Pero esto no causó nada positivo, al contrario su mirada de puso más intensa. Me mira con una cara que me llamaba cínica.

-¿Y cómo esperas que te mire? Tu nariz está casi rota, tus pómulos están hinchados y tus labios están rotos... ¿esperas que te mire con alegría... con amor?- perdía la sensibilidad.

Poco a poco su tono subía hasta ser gritos hacía mi. No evitaba encogerme de mis hombros.

- No espero que sientas empatía por mi... tu no entiendes como me siento...- con un poco de fuerzas me atreví a responderle.

Pero esto sólo hizo que este perdiera la compostura y pronto comenzó a, de verdad, gritarme.

- Deja de ser inmadura- grito- ¡tolere esa bofetada que me diste! ¡tolere que te olvidarás de mi y comenzarás a ignorarme! ¡Estoy tolerando tu dolor pero no me salgas con la estupidez que esto es por la muerte de tu amiga!- Se levantó abruptamente de la silla- No soy un maldito insensible, tu no sabes nada sobre mi, no sabes si he tenido que pasar por la muerte de un amigo. Sé que te duele pero no puedes jugar a la chica ruda y fuerte. Si crees ser fuerte no te metas en peleas que obviamente una niña inmadura como tú no ganará ¡Acepta su muerte! Ella ya no está, no volverá jamás y no puedes hacer nada al respecto. Deja de ser una cobarde y aprende a vivir con eso. Eso es ser fuerte no recibir una patética paliza, quedar toda mal herida por tu propia estupidez ¡Esto es la cosa más idiota que te he visto hacer!

Los golpes de esas chicas me dolieron menos que las palabras de Prosciutto.

Era la primera vez que me llamaban así. Tal vez esa era la verdad por eso dolía tanto. En verdad había sido inmadura, patética o débil pero el aceptar que fui todo eso no me hizo abandonar lo que tenía claro para mi.

Lo admito, lloré. Unas pequeñas lágrimas pero fueron eso. Las palabras duelen y aceptarlas más. Prosciutto no dijo nada más. Sereno, como si se hubiera desahogado se sentó y cuando por fin recupero la compostura tomó mi mano y la sostuvo brindandome calor. Después de la tormenta viene la calma. Al menos eso intentaba él.

No le dije nada, aún habían cosas que estaba analizando mientras limpiaba mis lágrimas. Entonces Prosciutto prosiguió.

-Escucha, mi intención no es hacerte sentir mal. Pero ya he hablado contigo otras veces y no me escuchaste. Espero que entiendas mi frustración al verte así. Lamento ser duro pero no encuentro otra forma de hacerte entrar en razón. No sé qué hubiera hecho si esas chicas te hubieran dejado en un peor estado... sabes que te quiero mucho.

Comprendía sus intenciones, no era que me ataquese. A su manera, a su muy extrema manera me mostraba su preocupación por mi. Pero, aunque en su tiempo fue suficiente para mi, ahora necesitaba de algo más para sentirme de nuevo cómoda conmigo misma.

ProsciuttoXReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora