Te preguntas qué tan falsa puedes ser hasta contigo misma, haber pasado más de un año junto a Jonathan y, después de otro, aceptar ser su novia fue un error. El problema no era Jonathan; él era un ángel. Fue mi necedad por forzar un enamoramiento, el clavo que saca otro clavo. Jonathan merecía ser algo más que eso.
Apenas lo había notado- no es como si haber pasado tres años junto a él fuera un impulso egoísta- engañe tan bien que me convencí a mi misma, como la frase dice "mentimos mejor cuando nos mentimos a nosotros mismos" y con ello lleve a Jonathan.
Nadie puede decir que en verdad no intente armarle. Querer sí, amor; quizás no. Fue pensar al despertar que, después de las palabras de Beatrice, cometí un error, pero fue un bello error. Me dolía la cara, ayer apenas Beatrice me había puesto un poco de pomada sobre el rostro. Quería asegurarse de que mis heridas no comenzarán a cicatriz pero que tampoco me doliera la cara.
—Una fea marca te dejará si dejo que cicatrice antes de que Giorno te cure. Pero por mi parte pienso dejar las heridas en mis nudillos, me recordarán el momento que vivimos— dijo la noche anterior.
Comencé a escuchar ruidos afuera del cuarto, sin duda Beatrice había despertado y apenada distingí la voz de Risotto, me sonroje. Pensaba si Risotto estaría cómodo por saber qué una extraña como yo durmió en su hogar, más bien, si eso no le iba a disgustar. La puerta sonó, la voz era de Beatrice.
—¡Buenos días! ¿Has despertado? — exclamaba— ¿Puedo pasar?
—Claro.
Entró a la habitación con un plato hondo y uno extendido. Parecía una hermana mayor llevando el desayuno. Sonríe agradecida, el plato hondo contenía cereal y el extendido tenía un pan tostado con mantequilla. Además, llevaba una toalla húmeda consigo.
—¿Qué tal esas heridas?— preguntó.
Frote mi cara sintiendo un ardor, había inflamación alrededor y de los rasguños aún podían salir ligeras y pequeñas manchas de sangre. Era una herida más profunda de lo que imaginaba. Beatrice notó mi dolor y con cuidado pasó la toalla por mi rostro.
—Si que te trató como si fuera una gata de la calle, una manera de pelear bastante vulgar.
—Tambien me defendí — comenté— supongo, estamos a mano.
—Quizás tu y ella sí, pero yo no puedo perdonar que haya intentado arruinar a mi amigo. Ayer me detuve pero no estaré satisfecha hasta verla morir.
Me aterré ante tal afirmación y mirada asesina, Beatrice pronto lo notó y me sonrió corrigiendo su expresión— Pero a ti te llevaré con Giorno y pronto estarás con Jonathan, te olvidarás de todo este desorden.
Sonríe, comencé a comer el desayuno mientras Beatrice iba a limpiar la toalla. No hubo más que decir pero si pensé: la verdad es que no sé si quiero seguir pretendiendo que esto no haya pasado.
Como Beatrice no regresaba decidí yo misma ir a lavar mis platos, después de todo estaba en una casa ajena y no quería dar más molestias. Salí del cuarto y al dar los primeros pasos fuera, choque con aquella figura.
De no ser por el marco de la puerta hubiera caído directo al piso, se encontraba más asombrado por verme en su casa que ni siquiera reaccionó para impedir que mi espalda se golpeará. Mi cara se puso roja, más que por el ligero y pasajero dolor, fue por la vergüenza.
Pero él no era un hombre descortés, tardío pero al final reacción para ayudarme a no perder el equilibrio.
—_____— exclamó— no sabía que estabas aquí— dijo extrañado.

ESTÁS LEYENDO
ProsciuttoXReader
Fanfic¿Quién dice que para vivir se necesita ser feliz? Antes pensaba que la felicidad era lo más importante, pero la vida es un poco más complicada que eso. Él llego a mí, ese hombre rubio siempre bien vestido se a pareció en mi vida. ¿Para sufrir? ¿Par...