ProsciuttoXReader

~Un bello o triste reencuentro~

No estaba en orden mi cabeza, había mucho que procesar. El día había sido una montaña rusa emocional. Estaba destroza y cualquiera pensaría que no tenía conciencia y que, había visto más que una ilusión.

Pero fue real, no lo había imaginado.

—¿Prosciutto? El mismo que...

En sólo dos días, había jugado la vida bastante ya con mis sentimientos. Me habían arrancado todo, se habían burlado en mi cara, y la gota que derramó el vaso fue ver pasar a aquel hombre por los pasillos del hospital.

—¿Quieres que vaya con él?— dijo Terra al levantarse del sillón.

—¡No!— exclamé sujetando con rapidez su mano pese al dolor que sentía por todo el cuerpo— no quiero verlo, no quiero que me vea así. Parezco muerta, ya no queda rastro de mi.

Terra suspiro, sé que para ella todo era muy difícil. Me había estado portando como una completa bipolar. Sólo quería que me tuvieran paciencia.

No es que me estuviera justificando pero, me habían pasado muchas cosas y debido a ello, tenía también muchas emociones cruzadas.

—No te vayas a enojar, sé que él te dejo pero— Terra me veía sentandose otra vez en el sillón— pareces aún enamorada.

Claro que lo estaba, no había pasado siquiera una semana desde que me había votado, era humillante pero sí, aún tenía ese sentimiento por él. No dudaba que, en el momento que lo había visto pasar, mis ojos brillaron.

—No quiero que me vea así— le dije bajando mi mirada— no soy la mujer que él recuerda.

—Pero, te mata siquiera saber qué está pasando con él— afirmó.

—Si— respondí notando como mis manos temblaban— Quisiera saber qué hace aquí.

Si, aún estaba enamorada pero esa ilusión débil de mi corazón no me haría perder mi dignidad. Él me había desechado como si yo no importara nada, después de que le había mostrado mi piel al desnudo, después de que le había dejado ver mis temores y debilidades. Después de que fui buena y le di mi amor y lealtad, después de todo eso, al vernos esa última vez me dejó sin más.

Tenía la pierna apunto quizás de ser amputada, mi cara estaba golpeada y mi personalidad estaba desequilibrada.

No quería que me viera así, derrotada.

Una patética niñata que le mostraba más razones por las que me había dejado.

Pese a todo eso, pese al dolor que me daba saber que había sido un cruel, aún lo veía como ese hombre perfecto. Tan guapo y orgulloso que dolía, dolía para mí no poder odiarlo. Eso era lo que me mataba, ese era el problema.

— Él no me conoce— me alientaba— podría ir a echar un vistazo a la habitación continúa.

¿Me veía ridícula enviando a mi amiga para que lo observará de lejos? Parecía de hecho que no lo había superado, seguro él a mí sí. Al menos eso era lo que yo pensaba, seguro y ya había olvidado quién era yo.

No le importaba seguro saber qué había sido de mi en estos últimos días.

—Tal vez— contesté aceptando la realidad— debería hacer lo mismo que él hizo conmigo...— quería llorar— olvidarlo y suponer que lo nuestro jamás paso.

Terra compendio mi dolor, la desilución con la que cargaba.

—Esta bien.

Sería bueno pensar que en ese instante fue la última vez que ví a Prosciutto pero, él pasaba constantemente por el cuarto, quizás y venía a cuidar a alguien.