~¡La boda de Dumont se sale de control!~

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Mis cuentas siempre estaban en orden. Si algo aprendí de mi padre es que debes guardar cada reporte de contabilizar de tu negocio. Debido a que la boda del Señor Lucier se aproximaba, yo fui quien se encargó de la decoración, estaba claro que los arreglos florales había sido una cortesía de mi parte.

Un día antes de la boda, sabiendo que todo estaba listo, por pura curiosidad decidí darle un ojo a las últimas facturas del año pasado. Bueno, no fue tanto la curiosidad, mientras hacía cuentas en mi mente sobre las docenas de flores que me quedaban, un cosquilleo en mí supo que las cuentas no cuadraban.

—Riss— susurraba esperando que este no estuviera dormido — Riss, mira.

Acerque los reportes de gastos que tenía almacenados en folders hasta su regazo, por suerte, Risotto apenas y se sumergía en su sueño. Despertó tallando sus ojos, y tomando en sus manos los documentos.

Dió una hojeada rápida, esos balances eran hechos por un contador que había sido contratado hace dos años por mí. Era un chico bastante promedio pero confiaba en su gran intelecto.

Fugo se había ofrecido a ayudarme en ese aspecto, pero sabía que esté tenía trabajo que hacer y no quería incomodar. Por ello había contratado a ese contador y confíe en él las cuentas del negocio. Pero ahora presentía que, me había estando guardado detalles sobre las finanzas.

—Es extraño — afirmó Risotto ahora leyendo con más detenimiento los reportes — siempre sueles hacer inversiones de medio millón cada dos meses para el negocio.

—Si, menos en meses especiales como marzo.

Por el furor de la primavera suelo ceder con un millón pues mi ganancia siempre es mayor en dos meses, apartir de marzo, de unos 10 millones. Pero revisando justamente el historial del marzo pasado; había hecho una inversión de un millón como de costumbre, en el reporte de ganancia había generado 12 millones. De ahí descontaba 5 millones (ya que este era una parte del dinero lavado de Passione) y aún así, las cuentas no cuadraban.

Había tenido ventas grandes y más de 20 docenas de lirios, rosas, tulipanes y etcétera se habían vendido, eso estaba escrito en el reporte de producción que yo misma hacía, pero en el reporte de ganancia sin embargo (que estaba hecho por ese muchacho) no daba lo mismo. Con esa cantidad de docenas venidas, ese marzo debía de haber ganado mínimo 20 millones pues expandía mi negocio hasta América y ahí mi producto se vendía a un costo más alto por ser extranjero.

—No cuadran las ventas — afirmó — en marzo es el mes más obvio en que se nota el claro desnivel de ganancia. Pero no fue solo en ese mes, en los demás no se registró mínimo dos docenas de flores vendidas y sin embargo, eso lo tenías en tu reporte.

— Entonces he vendido todas esas flores pero, alguien se llevó mis ganancias.

—Así es, alguien nos ha estado robando dinero y producto.

Sentía como la cabeza me hervía, Risotto no estaba menos tranquilo que yo, me habían estado viendo la cara por mínimo un año, incluso suponía que dos. Me había considerado una jefa muy flexible y empática para sus empleados. Pero todo iba acabar, no me importaba el precio pero cerraría las puertas de la florería con los trabajos adentro y a cada uno le pasaría Pacify Her para llegar al fondo de todo y, si de tener que matar a alguien se traba ¡Que así sea!

—Esperemos un poco, la boda del Señor Lucier es mañana — habló Risotto guardando los documentos.

—Si — respondí. — sólo por él me detengo, pero el lunes por la mañana te juro que les dejaré caer todo mi odio ¡Es mi trabajo, maldición! No dejaré que nadie me siga robando...

ProsciuttoXReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora