Terra durmió en mi recamara, mientras que yo en la cama de mi madre. Habíamos acordado en la mañana salir sin excusas por las calles de aquel peligroso barrio. Nos teníamos una a la otra, no teníamos que temer.
Antes de salir del hotel me llego una llamada de Dumont, me informaba que estaba haciendo los tramites de la herencia de mi madre; Lady Mariett. Donde toda su fortuna me la había dejado a mí. Pero que podría gozar de esta, solo si los primeros años Dumont me ayudara administrando mis cuentas bancarias.
No tuve problema con ellos, en ese momento no tenía cabeza para siquiera analizar la cantidad de dinero que había a mi nombre ahora.
Sin ninguna interrupción más, Terra y yo salimos.
Como era de día, los taxis no tenían problema en llevarnos hasta tal motel que aun recordaba, donde Fericia había muerto.
Terra iba muy paranoica, al igual que yo, pues pensábamos que alguien nos seguía, pero para tranquilizarnos lo atribuí a nervios.
Aunque, note algo en particular.
Los taxis que rondaban por las zonas más callejeras de Italia, tenían conductores muy diferentes a los que solían llevarme a zonas de alto glamur.
El auto donde nos transportaban era común al de los demás, en eso no había nada de raro. Sólo que, los taxistas si eran diferentes.
Estaban vestidos de trajes color negro, pero se veían más peligroso, e inclusive pandilleros. En ellos había una vibra difícil de explicar.
Pero, otra vez trate de atribuirlo a la paranoia.
— ¿En qué motel?— pregunto el taxista.
A lo que él y Terra giraron a verme.
Por los nervios no había prestado atención al nombre del motel. Sólo lo reconocía por la fachada pero no había visto su nombre.
— ¿Hay más de un motel dentro del barrio?
El taxista no contesto, yo era la pasajera y le pedía a él una ruta. Mi intento por descubrir secretos sobre passione no estaban siendo audaces.
— ¿Qué tanto cree saber? — preguntó el taxista.
Esa pregunta podía tener muchas respuestas; quizás me pedía descubrir el motel por la fachada, o que yo fuera más específica y estuviera segura de que iba al barrio indicado.
Pero algo me decía que, esas no eran las intenciones del taxista. Que él buscaba una respuesta más en específico.
— ¿A qué se refiere exactamente? — pregunto Terra.
El taxista no dijo nada, pero freno el auto en una esquina. Se quedó en silencio, tan sólo viéndonos a ambas en el espejo retrovisor.
Eso me hizo incomodar, Terra me dió un ligero golpe con su codo y yo de reojo ví que llevaba un gas pimienta en su bolsillo.
Estaba lista para atacar al taxista por si este hacía algún movimiento extraño.
— ¿Pueden verlo? — pregunto el taxista.
Terra y yo nos quedamos en silencio, mirándonos una a la otra y después viendo los alrededores. Creíamos que se refería a algún hombre por la esquina.
Pero en la calle no había nadie, pronto vimos que el taxista veía en el asiento de su copiloto. El cual estaba vacío.
De nuevo pregunto —¿Pueden verlo?
No sabíamos qué contestar, incluso alce mi vista levemente pensando en qué había algún objeto en el asiento, pero no había nada.
El taxista me miró, analizando mi expresión.
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ProsciuttoXReader
Fanfiction¿Quién dice que para vivir se necesita ser feliz? Antes pensaba que la felicidad era lo más importante, pero la vida es un poco más complicada que eso. Él llego a mí, ese hombre rubio siempre bien vestido se a pareció en mi vida. ¿Para sufrir? ¿Par...
