"A la hora de verse opacados buscan todas las maneras posibles de hacerte ver inferior a ellos.
11El Marqués escuchaba sin mucho interés a la hermana de su amigo, Lady Eiren Pembroke, hablar sobre los preparativos para el baile de compromiso entre ella y el Duque de Linsterwood Castle, el cual, había llegado a la propiedad justo esa misma mañana. El hombre en cuestión se encontraba junto al Marqués en el lado izquierdo del comedor, mientras que la prometida estaba en el lado derecho con su fiel doncella al lado.
―Ya he enviado todas las invitaciones a las familias más respetadas de Londres, incluyendo a los Brownbear ―Decía Lady Eiren mientras se limpiaba las migajas de pan ―Madre me insistió por una carta que lo hiciera y ya sabes que no puedo decirle que no ―Se dirige a su hermano.
James rodó los ojos.
Lo cierto era que la familia Brownbear no poseía un título nobiliario, pero poseía muchas riquezas gracias a que unas décadas atrás el Señor Freddy Brownbear en su juventud tuvo la suerte de encontrar una mina abandonada. Desde ese entonces, se dedicaron a trabajarla y beneficiarse de sus recursos naturales y, con la ayuda de su esposa, Sofia Brownbear, la familia pasó a inaugurar una tienda de joyería la cuál, en la actualidad, era la más visitada por los caballeros a la hora de buscar un buen anillo de compromiso para la novia. Lo que les permitió así, que la familia pudiera tener relación con la corona.
Pero, a James no le molestaba la falta de título, no era tonto y sabía perfectamente que esas personas fácilmente podrían doblarle las riquezas. Lo que le molestaba era la no tan agraciada hija de Freddy, Susan Brownbear.
Desde que la joven debutante empezó asistir a las reuniones sociales luego de su presentación, la duquesa viuda, su madre, trataba de todas las maneras posibles comprometerlo con la joven para unir fuerzas y riquezas.
―No permito que madre haga lo que quiera cuando le plazca. Los Brownbear asistirán a tu fiesta, pero los recibirás tú, que serás la anfitriona ―Dictó.
―Pero es tu castillo, no será bien visto que yo sola los reciba.
―Disculpe mi señora, el duque tiene razón. Podría recibirlos junto con el duque aquí presente ―Intervino Heather refiriéndose a Edward. A la mujer no le caía en gracia que aquella debutante con algunos kilos de más, le quitara lo que era suyo.
Eiren giró su cabeza hacia su doncella taladrándola con la mirada sin ninguna intención de ocultar su desagrado al escucharla.
―Querido hermano — Volteó a ver a James —, con gusto yo y mi prometido recibimos a todos los invitados, así no se verá mal visto a la hora de que pisen la propiedad tú desaparezcas. Pero madre tiene razón en algo, la señorita Susan es una buena candidata para duquesa con muchos mejores prospectos que algunas damas que te andan rondando ―Suelta con veneno.
Heather apretó los puños bajo la mesa. La joven captó a la perfección la indirecta, al igual que los caballeros, aunque preferían ignorar.
El duque asintió desinteresado, causando inconscientemente que la doncella a pocos metros de distancia, lo mirara dolida.
Pero ahí no acababa todo, no. Sin estar satisfecha aun, Eiren tomó una copa llena de algún ponche libre de alcohol para luego fingir que la copa se caía y lo tiraba en lleno encima de su doncella, la cual gritó en sorpresa al verse húmeda.
― ¡Oh!, cuanto lo siento Heather. ―Fingió estar apenada llevándose las manos a la boca. Pero no engañaba a nadie, y menos a Heather, que ya sabía ese truco muy bien.
Eiren lo había hecho adrede.
―Descuide mi lady, solo es ponche ―Se obligó a responder mientras se colocaba de pie esperando que los hombres lo hicieran también como era costumbre, pero no sucedió ―Con permiso excelencias, debo retirarme.
―Busquen a alguien para que limpie esto.
―En seguida excelencia ―Obedeció uno de los criados dirigiéndose por la misma dirección por la que Heather se había marchado.
Todos continuaron comiendo en silencio y, de vez en cuando, alguien comentaba algo para aligerar el ambiente espeso, pero era imposible. Siempre volvía a ser el mismo ambientes pesado. Lo único audible en el comedor eran los pasos de la servidumbre al acercarse a la mesa cuando pedían que les sirvieran vino u otro postre para culminar.
De pronto el silencio fue sustituido por el crujir de la gran puerta que los separaba de un largo corredor, dejando ver que la figura de una joven que dos caballeros ya conocían. Janne Miller hizo acto de presencia en el comedor con algunos utensilios de limpieza.
Mientras esta se acercaba a la mesa era observada por el Marqués de Huntly Castle. Su sola presencia le recordó como la chica había gateado como un gato por su cama.
6 pares de ojos masculinos observaban sin quitar ojo de encima a la joven, la cual, clavó sus rodillas al suelo para limpiar la alfombra sucia de ponche. Aquella mujer era extremadamente hermosa y ninguno podía negarlo, incluso ALec Ferguson, reconocía muy en contra de su voluntad que aquella criada era más agraciada que cualquier debutante en Londres, incluyendo a la hermana de su amigo, la cual también se unió al escudriño de los hombres al verse opacada.
Luego de terminar con la tarea la mujer se puso de pie dispuesta a marcharse corriendo de la sala, pero sus ojos curiosos se detuvieron en los ojos del Duque Linsterwood.
― ¿Acaso eres Edward Linsterwood? ―Preguntó eufórica.
― ¡Cuanta osadía!, ¿Cómo se atreve a dirigirle la palabra a un duque? ―Eiren la observó con aire superior.
―Y-yo...―ALec no perdió detalle, observó como la joven abría los ojos al verse regañada, pero no se notaba sorprendida por el regaño, sino por otra cosa o, así era como lo percibía ―Perdone mi desliz, mi lady.
―Espero que algo como esto no se vuelva...
―Ya basta Eiren, no es necesario tanta reprimenda con la dama. ―Interrumpió Edward mientras la veía con ojos lujuriosos, acto que no pasó desapercibido por James.
―Ya puede retirarse y continuar con sus quehaceres ―Determinó con los puños apretados tratando de controlarse.

ESTÁS LEYENDO
La Viajera
Исторические романыLa vida monótona de Janne Jhonson dará un giro inesperado luego de encontrar una misteriosa joya que llegó a su tienda por error. Sin predecirlo, viajará al año 1799 dónde deberá aprender a ser astuta para sobrevivir como una simple criada bajo el d...