15.
Respiré de alivio cuando apareció en mi campo de visión la puerta del dormitorio que compartía con la castaña. Era muy tarde de la noche y ya la mayoría de la servidumbre se encontraba en la cocina degustando la cena para luego irse a dormir y reponer fuerzas.
Todos a excepción de Mari.
Era mi primera cena en el castillo, y por suerte, Topacio estuvo allí para hacerme compañía. La cena transcurrió tranquila entre risas estruendosas y algo de música. Incluso la señora Blaid se le notaba que disfrutaba del momento y no andaba con su agria actitud.
―Pero mirad a quien tenemos por aquí.
Dirigí mis ojos hasta donde señalaba Topacio, encontrándome con la figura de Heather con otro vestido diferente. La chica en cuestión, agarraba su plato con tanta fuerza que pensaba que quizá se rompería. Sus ojos soltaban chispas de ira a donde quiera que mirara y se mantenía distante de todos los presentes.
―Uy, ¿Qué habrá hecho esta vez? ―Dijo una amiga de Topacio a su izquierda con tono burlesco.
―Probablemente algo que no le agradó a Lady Eiren, eso seguro ―Contestó Topacio en complicidad con la otra chica.
― ¿Qué quieren decir? ―Pregunté.
―Heather es la amante del duque desde que llegó al castillo. Empezó a visitarla a la cocina, darle regalitos y todas las galanterías de los hombres para conquistarla. Durante todo este tiempo le ha dado todos los caprichos que ella ha pedido a cambio de placer. Para nadie en el castillo es un secreto, incluso la hermana del duque tiene una vaga idea de lo que podría estar pasando, pero lo ignora completamente.
― ¿Y por que le molesta estar aquí?, es una chica del servicio como nosotras ―Afirmé.
―Todo el que tiene ojos puede verlo. El duque le ha permitido estar presente en el gran comedor para degustar la cena como si fuera toda una debutante de prestigiosa familia. Ahora se siente y actúa como de la realeza. Cuando me tocó servirles el postre, me humilló delante de todos diciendo que era una inepta por no haber llenado en la justa medida la copa, pero...―Mira a Heather ―Lady Eiren no duda recordarle su lugar en algunas ocasiones. Cada vez que Heather opina sobre asuntos de la familia u otra cosa, le ordena cenar en la cocina junto con la servidumbre.
―Pero algo nos dice que muy pronto la intercambiarán ―Dice la otra chica mientras reía.
Luego de la pequeña charla, continuamos cenando y escuchando la buena música de los empleados, aunque para los de la nobleza sería música de pobres sin cultura.
Al pasar la hora, decidí que ya era buen momento para retirarme y dormir, el día estuvo pesado y me tocaba hacer la misma tarea otra vez. Recoger el pipi del pelinegro. Esperaba que en esta segunda ocasión las cosas me salgan mejor y evitar despertarlo. Aun tenía un cosquilleo al recordar su cercanía con mi cuerpo y su voz susurrante muy cerca de mi rostro. Preferiría que se mantuviera lejos y así tendría mi cordura en su lugar, aunque no podía negar que se sentía bien.
―Creo que es tiempo de que me retire a los dormitorios ―Dije mientras me ponía de pie. Ambas asintieron y continuaron aplaudiendo en pos de la música. Pero antes de avanzar, pensé en que Mari tendría algo de hambre ya que nunca bajó a comer, de alguna manera le tendría que agradecer por haberme ayudado tanto. Así que cogí una bandeja tomando todo lo que pude y lo que creía le gustaría con la atenta mirada de Blaid con su porte serio.
Juraba que esa anciana me odiaba.
Y aquí estaba nuevamente, justo abriendo la puerta del dormitorio encontrándome con una Mari dando vueltas en la habitación con la mano reposando en su frente y el ceño fruncido.
― ¿Estás bien?
Mi amiga se detuvo abruptamente al percatarse que había llegado.
―Ah, si... Si, si, lo estoy ―Menea su cabeza ―. ¿Qué es eso que traes?
―Es tu cena, pensé que querrías comer algo ―Respondí dejando la bandeja en la mesita ―. Mari, se que no nos conocemos del todo, pero eres la primera amiga que tengo desde que llegué aquí. No hace falta que lo aceptes en voz alta, se nota que te ocurre algo, te pido como amiga que hables conmigo, por favor.
Cometí un error con mi otra amiga en el futuro, debí haber pospuesto mi cita y hablar con ella. Pero me importó más salir con un chico guapo que escucharla. Ver a esta Mari frente a mí, me traía los recuerdos inconclusos antes de caer en ese profundo sueño.
Y no cometería el mismo error de nuevo.
― ¿Qué dices chica problemática?, estoy bien. No pasa nada ―Evita mirarme.
―Se que algo te pasa y no me moveré de aquí ni te daré la bandeja hasta que me cuentes la verdad.
―Y-yo...―Me acerqué a ella al ver como sus ojos se cristalizaron.
―Tranquila, estoy aquí para ti, confía en mí.
Me separé de ella y limpié sus mejillas con la manga de mi vestido.
―Y-yo, yo fui abusada y... creo que estoy embarazada.

ESTÁS LEYENDO
La Viajera
Historical FictionLa vida monótona de Janne Jhonson dará un giro inesperado luego de encontrar una misteriosa joya que llegó a su tienda por error. Sin predecirlo, viajará al año 1799 dónde deberá aprender a ser astuta para sobrevivir como una simple criada bajo el d...