Prefacio

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La tenía a mi lado, en uno de mis brazos. Ya había dejado de llorar, tan solo se escuchaba el sollozo y los pajaritos cantar. Era la primera vez que la veía tan frágil, tan débil, tan vulnerable, y esta vez no lo iba a arruinar.

Me puse de pie y la tomé como una bebe, enrollo sus piernas en mi torso y sus brazos en mi cuello. Camine hasta la camioneta. Estábamos a 5 cuadras para llegar al lugar.

La dejé en el asiento del copiloto y antes de separarme de ella me dijo:

—No quiero ir a casa —murmuro. Un nudo en mi garganta hizo presencia.

Besé su frente para firmarle que no iríamos para allá, ni porque me pagaran, la llevaría a ese lugar. Cerré la puerta y caminé hacia el otro lado de la camioneta para montarme y empezar a conducir.

En todo el camino permaneció en el mismo lugar, con sus piernas arriba del asiento y enrollada entre sus brazos. La entendía, ese era su lugar seguro en este tipo de momentos, pero yo cambiaría eso.

Cuando estacioné el auto, la apagué. Estuve pensando en todo el trayecto si era lo correcto, y al ver el azul a lo lejos me respondí a mí mismo.

Bajé del auto y di la vuelta para abrir su puerta y ayudarla a bajar. Estando afuera su vista recorrió el lugar y su rostro cambió, se veía más iluminado, como si fuera la primera vez que la veía.

—¿Está es una playa? —preguntó emocionada.

—Nop —respondí. Arrugó sus cejas en confusión.

—Pero... Así se ven en los periódicos y dicen que se llama playa —una sonrisa genuina salió de mi rostro— Una playa es una ribera de mar o de un río grande, formada de arenales en superficie casi plana —explicó— si esto no es una playa es lo más parecido, según tú ¿qué es este lugar? —indagó emocionada, mientras caminábamos a la orilla.

—Esto, Khea, es el lugar donde los sueños se cumplen y los problemas permanecen al pasado.

—¿Cómo sabes que aquí los sueños se cumplen? —preguntó, sentándonos en la orilla del mar.

Las olas se escuchaban de fondo, los pajaritos cantaban, las hojas de los árboles los acompañaban. Nuestros ojos color café se juntaron.

—Porque tu sueño era estar en paz y ser libre, y el mío estar a tu lado.

Odisea ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora