Capítulo 23

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❀ KHEA ❀Actualidad

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KHEA
Actualidad.

Después de le conté todo a Xabi, me sentí más aliviada. Ocultándoselo a él no me hacía bien, sentía como mucha presión.

Eran las doce del mediodía y Xabi se había ofrecido para ir a comer a su casa con su madre.

—Mi mamá, he llegado a casa —anunció en voz alta apenas entramos.

Aunque ya he venido varias veces, aun se me hacía extraño estar en una casa ajena a la mía. Nunca entré a otra casa que no fuera la mía, nunca he estado en un lugar donde no pueda controlar una situación de riesgo.

—Mi hijo, ¿se puede saber por qué tus calzones no están en la cesta de la... —Mónica salía del pasillo y apenas me vio, se calló.

Miré a Xabi que estaba rojo de la vergüenza y casi se le salían los ojos.

—Sí, Xabi, ¿Por qué tus calzones no están con la ropa sucia? —crucé los brazos fingiendo regañarlo.

—¿Las dos se pusieron en otra de mí? —fue lo que preguntó.

Se quitó el bolso y fue a la cocina que quedaba literalmente al lado.

—¿Cómo sigues, Mónica? —pregunté acercándome a ella para ayudarla a sentarse en uno de los muebles.

Le costaba un poco caminar y noté que se cansó mucho.

—Bien, hoy fue empecé a salir del cuarto porque tu querido novio no me dejaba hacer nada.

Cuando escuché esa palabra me tensé. No supe qué responder. Xabi solo era un amigo, jamás lo he visto así, a nadie, de hecho creo que la palabra pareja solo hacia presencia en los libros en las películas y en las novelas.

Xabi lo notó, porque rápido intervino.

—Mi mamá, Khea almorzará con nosotros —se volteó y empezó caminar a paso corto a nosotras— Y por cierto... antes de que un individuo tenga la decencia de llamarte, para alegarte cosas que quizás sean una falsedad, aunque considero que estoy ya grande, y no creo que el instituto se preocupe por eso, hoy falté a clase.

Mis cejas se hundieron y las de Mónica me siguieron, supongo que pensaba lo mismo que yo.

—¿Qué? —Preguntó, Xabi cuando se fijó en nuestros rostros— no es para tanto, fue un solo día —al ver que seguíamos calladas siguió— ¿No me vas a regañar a estas alturas de la vida, o si?

—No es lo que has dicho, sino como lo has dicho —declaró Mónica.

Xabi pareció no entenderlo, hasta que un par de segundos de pensarlo sus cejas se alzaron.

—Es que cuando pasas casi cuatro horas escuchando a alguien que dice individuo en vez de persona, o no siendo directa al decir las cosas se te pega —sacó su teléfono y se dio la vuelta.

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