Capítulo 13

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Nota de autora: No sé si se han dado cuenta, pero en los anteriores capítulos no he puesto imagen de capítulo, pero es que estoy actualizando desde un teléfono, y no me permite poner imagen

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Nota de autora: No sé si se han dado cuenta, pero en los anteriores capítulos no he puesto imagen de capítulo, pero es que estoy actualizando desde un teléfono, y no me permite poner imagen.

Lo mismo digo, si hay errores, o la raya se vuelve guion, es por eso.

Deseo que disfruten este capítulo.

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¿Cómo puede alguien llegar a la vida de alguien, entrar, y simplemente desorganizar todo lo que ya tenías planeado?

En estos momentos muchas inseguridades se apoderaron de mí. ¿Por qué si sabía que esta no es la vida que quiero sigo aquí?

¿Costumbre? ¿Facilidad? ¿Querer que no me critiquen? No lo sabía.

—Xabi, ¿vendrás a la fiesta? —me preguntó Frank.

—Sí, claro que iré —respondí entusiasmado— Hermano, ¿realmente eres mi amigo? —inquirí.

Nos encontrábamos cambiándonos en los vestidores, solo quedamos nosotros dos.

—Claro, eres como mi hermano, ¿por qué me preguntas eso?

Frank no era muy distinto a mí, compartíamos los mismos pensamientos, los mismos gustos, y en algunas ocasiones las mismas actitudes, y eso fue lo que nos unió aún más.

—Frank, solo confío en ti, también te considero como mi hermano, siempre has salido por mí, y eso te lo agradezco —confesé.

—No te me pongas cursi, porque tu novia es Jessica y yo no soy gay —soltó en burla— no vale mentira, siempre seremos hermanos.

Ambos terminamos de cambiarnos y salir del vestidor. Llegamos al estacionamiento donde nos estaban esperando Jessica y la novia de Frank, que era la mejor amiga de Jessica.

—¿Listos? —nos preguntó Jessica.

Y antes de que yo respondiera.

—Si —lo hizo Frank.

Frank se fue con su novia, su pongo que a llevarla. Por mi parte yo tenía que llevar a Jessica a su casa porque ya era tarde.

Jessica me había regalado un cd de reggaetón para el reproductor del carro, y así fue que todo el trayecto, cantando a todo pulmón y riendo mucho, llegamos a su casa.

—Bueno, señorita, ha llegado a su destino, sana y salva —dije cuando estacioné la camioneta.

—Muchas gracias por el buen viaje señor Pierse, mis padres se lo agradecerán mucho —siguió la broma— nos vemos mañana en la fiesta —nos acercamos y le di un beso corto en los labios.

—Nos vemos mañana, cuídate —me despedí y esperé a que ella se bajara del carro y, entrara a su casa para yo arrancar e irme a mi casa.

Al llegar a la residencia todas las luces estaban apagadas, y eso significaba que mi mamá no estaba en casa.

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