Capítulo 42

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❀ KHEA ❀Actualidad

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KHEA
Actualidad.

Había convivido con arañas durante todo este tiempo y no me había dado cuenta. Llevaba rato despierte y por la pereza de moverme me había quedado mirando el techo, donde me percate que había un motón de telarañas.

—¡Khea! —la voz de Marilyn llamándome desde abajo hizo que me levantara de la cama.

Tenía puesto un mono gris con una camiseta de tirantes del mismo color. Me coloqué unas medias negras para no ensuciarme los pies, y así bajé.

Al llegar abajo estaba mi madre con una bandeja en las manos, y a su lado Mateo... ¿O era Erick?

—Hija, el nuevo vecino trajo esto, dice que ya se conocían —comentó Marilyn alzando la bandeja.

¿Me hicieron moverme de mi cama donde estaba viendo a las arañas tejer para esto?

—¿Cómo sé que eso no tiene veneno? —pregunté de mal humor.

—Hola, Khea, yo estoy bien, gracias —ironizó el chico con una sonrisa.

—Yo no te pregunté eso, Erick —respondí.

—Es Félix —me corrigió.

—Khea, se educada con él, ¿qué impresión va a tener de ti? —intervino mi madre reprendiéndome.

—La verdadera —contesté con obviedad.

—Creo que es mejor que me vaya —dijo Félix— hasta luego, Khea.

—Ajá —respondí, pero Marilyn volteo su rostro hacia mí, y con una sola mirada habló— hasta luego Félix —fingí una sonrisa.

Les di la espalda para irme a mi cuarto, pero la conversación me detuvo a mitad de camino.

—Disculpa a mi hija, no la ha pasado muy bien que digamos —escuché a mi madre.

—No se preocupe, se ve que es una buena chica —respondió él— disculpe que me meta, pero, ¿Qué le pasó en el cuerpo?

Mi mirada cayó en mi cuerpo y aún se notaban los moretones, estaban pequeños pero se notaban. Hubo unos segundos de silencio y aunque creyera que mi madre no me conociera, su respuesta fue como si sí lo hiciera.

—Como te dije no la ha pasado muy bien, y creo que es algo que no me corresponde decirlo a mí.

—Entiendo, bueno, fue un placer conocerla.

—Igualmente, lo digo, cuídate.

Terminé de subir a mi habitación, me acosté en la cama de lado mirando a la ventana. Los ojos se me aguaron.

No sé si alguna vez pasó, pero mi madre nunca se había despedido de mí de esa manera, nunca había escuchado un, cuídate de su boca.

XABI
Actualidad.

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