En el mundo donde existe millones de personas, en alguna parte de el, viven Xabi y Khea.
Ella tenía muchos problemas y un secreto que no quería dejar salir.
Él no estaba muy seguro de lo que quería, y aunque detestaba la inestabilidad, la quería a...
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❀XABI❀ Tres días después
Mis oídos estaba escuchando la lluvia caer, mis ojos veían el techo blanco, pues me encontraba acostado en la cama.
—Cumple años, feliz, te deseo yo a ti, cumple años, mi hijo, cumple años feliz —mi mamá entró con un ponqué y una velita insertada en el medio prendida.
Venia vestida de color verde y blanco, como siempre nos vestíamos el día de mí cumple años: Eran los colores favoritos de mi papá.
—Gracias, mamá —murmuré.
—Supuse que como todos los años hoy no querías salir, también sé que eres mayor de edad pero llamé a la directora y le notifiqué que no ibas —informó sentándose en una silla al lado de la cama.
—Gracias, mamá.
—Tengo que ir a la firma a ponerme al día, hijo, vuelvo en la noche para comer pasticho y picarte la torta.
Eso llamó mi atención y voltee a verla.
—Maneja con cuidado por favor, me avisas cuando llegues y cuando vengas también, o si vas a salir para algún otro lado también me avisas —farfullé.
—Está bien, hijo, te estaré avisando cualquier cosa —me tranquilizó— ¿tú estás bien? —preguntó.
—Lo estaré —afirmé volviendo mi mirada al techo.
Sentí como salía del cuarto y en pocos minutos escuché la puesta de la casa cerrarse. Me senté en la cama y agarré el ponqué para apagar la vela que aún seguía encendida.
—El mismo deseo. Que el próximo no llueva —soplé la vela.
❀KHEA❀ Actualidad
El frío estaba invadiendo cada parte de mi cuerpo, mis oídos escuchaba la lluvia pegando en el techo, mientras mis ojos visualizaban ver la lluvia caer desde la ventana de mi habitación.
Estos días en el instituto habían sido muy estrepitoso, todos hablaban de Xabi y el por qué había dejado a una maravillosa chica como Jessica. En el fondo sabía que esto iba a pasar, ¿Qué me esperaba? ¿Qué estuviera con alguien popular y que no tuviera consecuencias para mí? Es lo menos que se podía esperar.
Por eso siempre me mantenía al margen, sin relacionarme con ningún tipo de esa gente, pero la llegada de Xabi cambió todo.
Ya había leído lo que me mandó Estefanía, y aunque fue un poco estresante leer en el teléfono por no estar acostumbrada, me quedó gustando, y las palabras de la psicóloga, complació el esfuerzo que hago cada día para no dañar a los demás con mi trastorno.
—Es extraño —pronunció después de unos minutos de leer el informe— identificas bien los sentimientos en los demás, pero no en ti misma, supongo que debe der ser por el hecho de que sabes su definición muy bien.
