—¡Carajo, Khea! Te dije que me esperaras ¿Por qué carajos no lo hiciste? No sabes lo mucho que me asusté al pensar que te podía haber pasado algo, carajo —reclamé a su lado.
Lo que había pasado fue que Khea no miró para los lados, y un carro casi le pasa por encima, si no hubiera sido por el reflejo del señor que conducía, no sé qué estaría contando ahorita. Ya nos encontrábamos caminando por la acera del otro lado.
—¿Sabes lo que significa carajo? —preguntó tranquila, como si no le acabara de pasar nada.
—Estuviste a punto de morir, si no hubiera frenado ese señor, no sé qué sería de ti, y lo único que a ti se te ocurre decir es que si sé qué significa carajo, de verdad que tú no eres normal, Khea —farfullé.
—Sí, todos me lo han dicho, no te preocupes —pausó un momento— entonces... —alzó una ceja esperando a que le respondiera— ¿si sabes que significa carajo? —volvió a preguntar.
—Carajo es una exclamación que se usa para expresar algo, como rabia, alegría... que sé yo, cualquier cosa —respondí frustrado.
Pensé que ya se callaría y que no iba a decir nada, pero hizo algo que me sorprendió por completo, se echó a reír. Era una risa completamente hermosa, no era ni tan suave, pero tampoco era tan brusca, era a la perfección.
—¿Nunca has agarrado un diccionario verdad? —preguntó en medio de carcajadas, y yo estaba fascinado.
—La última vez que agarré un diccionario fue... fue... en tercero de primaria... creo.
—Carajo no es una exclamación como lo acabas de determinar, ni mucho menos es una expresión de emociones. Carajo en realidad es el órgano genital masculino —confusión era lo que me definiría en ese momento— Xabi —puso su mano en mi hombro como queriendo decir: "Lo siento amigo" —carajo es uno de los sinónimos de pene.
¿He estado diciendo una palabra sin saber qué cara... que significaba?
No sé qué me sorprendía más, si el hecho que estuviera diciendo pene cada dos minutos, que Khea estuviera tan tranquila, o que se leyera el diccionario.
—¿Leíste un diccionario completo de sinónimos y antónimos? —pregunté anonadado.
—¿Por qué no lo leería? Cuando en tu casa pasan... —se calló, no dijo más, su rostro volvió a ser igual al de siempre: neutro, sin ningún tipo de expresión, sin una sola pisca de aquella risa que había soltado hace rato.
—¿Qué pasa en tu casa? —indagué curioso.
—¿Por qué te respondería esa pregunta?
—Porque somos amigos.
—Tú y yo no somos amigos, Xabi —dijo firme.
Silencio... bueno, no tan en silencio, porque a nuestro alrededor había mucho ruido, por los carros pasar y por los puestos de ventas.
ESTÁS LEYENDO
Odisea ✓
Teen FictionEn el mundo donde existe millones de personas, en alguna parte de el, viven Xabi y Khea. Ella tenía muchos problemas y un secreto que no quería dejar salir. Él no estaba muy seguro de lo que quería, y aunque detestaba la inestabilidad, la quería a...