Capítulo 37

135 35 152
                                    

❀ XABI ❀Un día después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

XABI
Un día después.

Muchas veces hemos sentido dolor en la vida, sobre todo yo, que cada vez que me creía Spider-Man mi mamá tenía que salir corriendo al hospital. Pero nada en este mundo se comparaba al dolor que había sentido ayer, ese vacío que sentí al pensar que no iba a escuchar la voz de Khea más, fue aterrador y doloroso.

Khea aún no había despertado, se encontraba sedada, ya que el doctor dijo que lo mejor era que se mantuviera quieta, para que su recuperación fuera mejor.

Anoche me quedé con la madre de Khea, y aunque los doctores afirmaron que solo se podía quedar uno, insistí hasta que cedieron.

La habitación era de color azul, con una ventana larga con cortinas blancas. Todo estaba en silencio, lo único que lo interrumpía era el corto bip que medía sus signos vitales. Marilyn estaba sentada en un sillón al lado de la cama, leyendo el periódico. Yo me encontraba en un sillón parecido del otro lado de la cama.

—¿Qué fue lo pasó? —me atreví a preguntar a Marilyn.

Ella, al otro lado de la habitación, bajó el periódico y alzó la mirada.

—Pedí el día libre en el trabajo para hacer unas diligencias y luego pasar el tiempo con mi hija —empezó a explicar— después de una conversación que tuve con ella decidí denunciar a Junior.

»Sentí que por primera vez en mi vida estaba haciendo algo bueno por Khea. Cuando ella llegó yo estaba terminando de cocinar, y aunque pensé que no aceptaría, me dijo que comería conmigo. Se supone que ahí le diría lo que hice, y que haríamos a una terapia familiar para ambas.

Su mirada cayó hacia Khea, la veía con una mirada de tristeza, de culpa. Tomó una bocanada de aire para proseguir.

—Pasaron pocos minutos cuando Junior llegó a casa. Llegó hecho un monstruo porque yo lo había denunciado, y empezó a tirar las cosas al suelo.

»Yo tenía mucho miedo y simplemente me quedé a esperar que todo pasara, como siempre, pero se me había olvidado que Khea estaba arriba, esta vez no estaba sola. Cuando venía hacia mí con su mano levantada vi a Khea interponerse y la recibió por mí. Ella se abalanzó sobre él, pero su fuerza era mayor a la de ella y empezó a pegarle.

»Yo estaba en trance, me quedé paralizada sin saber qué hacer, todo esto es culpa mía...

Sus lágrimas empezaron a salir interrumpiéndola, y su llanto inundó la habitación. Me levanté y fui hacia ella para abrazarla.

Esta señora había pasado por mucho, el miedo es capaz de controlar los actos de una persona, el miedo es el peor enemigo a la hora de tomar una decisión.

—Ella es tan valiente —murmuró cuando estaba un poco más calmada.

—Sí que lo es —reconocí con nostalgia.

Odisea ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora